7 de julio de 2014

Los escurridizos extraterrestres






La humanidad cada vez es más consciente de la inmensidad de nuestro universo, y de la todavía mayor inmensidad del cosmos, el conjunto de universos, pasados, presentes y futuros, simultáneos o sucesivos, paralelos o no, como apunta la física cuántica. 
Ya no nos creemos “los reyes de la creación” y a medida que la ciencia avanza se van identificando cada vez más planetas extrasolares (actualmente más de 2500) y un puñado de ellos similares al nuestro, por lo que ya comenzamos a pensar que puede haber vida ahí fuera, incluso vida inteligente, similar o superior a la nuestra; dicho de otra forma: Extraterrestres o alienígenas.

En esto, cada vez hay más pensadores y científicos que coinciden. Pero, nuestros intelectuales ya no son tan partidarios de que estos alienígenas puedan explorar el espacio y mucho menos en que nos visiten o nos hayan visitado. No hay evidencias científicas, dicen, de tal hecho. Hay que hacer notar, sin embargo, que nuestra civilización está comenzando a explorar el espacio, por ahora nuestro sistema solar, y es posible que determinadas civilizaciones extraterrestres nos lleven mucho adelanto en esta exploración.

En 1961 el astrónomo Frank Drake estableció una ecuación para calcular el número de civilizaciones extraterrestres inteligentes en nuestra galaxia. Partió de una estimación de cien mil millones de estrellas sitas en la galaxia. De estas calculó las estrellas similares a nuestro sol. Después calculó las fracciónes: De estrellas que tienen planetas, las que tienen planetas como la Tierra, los planetas que pueden albergar vida, los que pueden albergar vida inteligente, vida inteligente con tecnología para comunicarse y duración razonable de estas civilizaciones para coexistir varias a la vez. Calculó una estimación de diez mil civilizaciones de este tipo solo en nuestra galaxia. Posteriormente el astrónomo Carl Sagan con diferentes cálculos estimó el número en un millón. Aunque estas estimaciones son aproximadas, nos hacen pensar que la vida inteligente fuera de nuestro planeta es más o menos posible. 

Las personas más incrédulas no contemplan que haya vida fuera de nuestro planeta y mucho menos vida inteligente. Las mentes más optimistas creen que el cosmos es un hervidero de vida y mucha de ella es inteligente. Entre ambas posturas hay una graduación de creencias intermedias. Sin embargo no parecen existir pruebas científicas de que exista vida extraterrestre y mucho menos, vida inteligente… Al menos eso indican nuestros científicos ortodoxos. 

A favor de esta postura está la paradoja de Fermi propuesta por el físico Enrico Fermi en 1950: Es la contradicción entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad de existencia de civilizaciones inteligentes en el universo, y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones. ¿Dónde están los alienígenas?

Hay varias posibles respuestas a esta paradoja, a saber:
  
1.       No existen: 

Es improbable. Ya sabemos que las estimaciones de los astrónomos desde Frank Drake en adelante, son más o menos optimistas con respecto a su existencia. Además resulta ilógico que, sabiendo el inmenso número de estrellas y galaxias que hay en nuestro universo y en los demás posibles universos, solo vaya a existir vida inteligente y más aún, vida en un minúsculo planeta del sistema solar. 

Aunque las galaxias, estrellas y planetas puedan tener variaciones locales más o menos acentuadas, todas ellas siguen unas mismas leyes físicas, químicas y probablemente, biológicas y, en lo básico, son semejantes, como se ha podido comprobar en el universo conocido. Por otro lado, la vida, tal y como la conocemos en nuestro planeta, es ubicua, pertinaz, insistente y capaz de asentarse en todo tipo de ambientes, muchos de ellos extremos, por lo que no es de extrañar que en ambientes extraterrestres a la más mínima oportunidad aparezca y evolucione como lo ha hecho en la Tierra; incluso es probable, si las condiciones son favorables (por ejemplo, agua, estabilidad climática…) y hay tiempo suficiente, evolucione hacia seres más o menos inteligentes.

         2.  Existen, pero no somos conscientes de ello: 

 El principal argumento a favor de esta hipótesis es que no nos hayan visitado. Muchos intelectuales opinan que las larguísimas distancias que hay en el espacio entre las estrellas y galaxias son insalvables para cualquier civilización extraterrestre. Por ejemplo, la estrella más cercana a nuestro sol es Próxima Centauri a algo más de 4 años luz (el sol está a 8 minutos luz de  nuestro planeta); la estrella Sirio está a unos 8,5 años luz y la estrella Vega a unos 25 años luz; son estrellas consideradas cercanas. 

   Pero se puede dudar de que ciertas civilizaciones muy adelantadas tecnológicamente no puedan salvar tales distancias. Poco a poco nuestros astrónomos van entendiendo cada vez más la física del cosmos y se van dando cuenta de que es posible viajar por el espacio a enormes distancias si se tiene los conocimientos y la tecnología adecuadas. Por ejemplo, se han descubierto los agujeros de gusano que son atajos del cosmos que pueden unir regiones del universo muy lejanas en el espacio y en el tiempo y también podrían conectar universos entre sí, distorsionando el espacio-tiempo. Las entradas y salidas de estos túneles serían las puertas estelares de las películas de ciencia ficción. Actualmente, nuestros científicos no tienen la tecnología adecuada para aprovechar estos agujeros naturales existentes en el cosmos y mucho menos para crearlos a medida del posible viaje espacial; pero se ha demostrado tanto física como matemáticamente de que pueden existir. 

También se ha especulado que civilizaciones muy avanzadas podrían lanzar robots mucho más resistentes que las entidades biológicas para explorar el espacio. Estos robots podrían autorreplicarse en el viaje y en el lugar de destino para aumentar sus probabilidades de éxito. Incluso podrían ser nanorobots autorreplicantes que podrían estar, por ejemplo, en nuestro planeta sin que nosotros los percibiéramos. 

Incluso se puede imaginar, y no se violan las leyes de la física, que alienígenas de un altísimo grado de evolución se hubieran convertido en “seres de luz” transfiriendo su consciencia a objetos de luz como rayos laser o mejor, burbujas de luz que pueden viajar fácilmente por el espacio atravesando los agujeros de gusano, por ejemplo. La información del alien transferida a la burbuja luminosa podría llevar el programa de reconversión en el ser material al llegar a su destino. Es una posibilidad. 

También puede ocurrir que no se dejen ver al hacerse invisibles a voluntad, tanto ellos como sus naves. Ya sabemos que existen materiales que producen esta invisibilidad, desviando los rayos luminosos fuera del alcance de nuestra vista; por lo tanto este fenómeno sería bastante sencillo para una civilización extraterrestre lo suficientemente avanzada. 

También se ha especulado sobre la capacidad del posible extraterrestre para manipular telepáticamente nuestra mente para hacerse invisibles o parecer humanos y de esta forma infiltrarse entre nosotros.

3.       Existen, nos han visitado y nos visitan pero solo lo saben pocas personas: 

Las personas que lo saben, que pueden ser cada vez más, pueden ser testigos de avistamientos, contactos y abducciones (cuyo número no es nada despreciable), los ovnílogos que investigan a los OVNIS y cierta élite gobernante. 

La persona que se dedica a investigar este tema, o bien a documentarse sobre él, se da cuenta de que existen evidencias y pruebas de que alienígenas nos han visitado en el pasado y nos visitan actualmente. Estas informaciones están en libros, revistas y documentales especializados y sobre todo en internet. Cada vez es mayor el número de testigos que hablan de avistamientos de OVNIS (descartando los que no son naves extraterrestres) e incluso de contactos y también de abduccines (muchos psiquiatras piensan que son transtornos psíquicos, pero puede ser que no). 

Por otro lado están los rastros o pruebas que dejan las naves extraterrestres y sus ocupantes. En el pasado, hay todo tipo de reliquias arqueológicas que no se corresponden con sus primitivas civilizaciones. Son los objetos fuera de tiempo y lugar. También son abundantes las esculturas, grabados y pinturas de diferentes épocas pasadas en donde aparecen representaciones de aliens y naves espaciales. También hay que considerar las construcciones megalíticas del pasado como por ejemplo, las pirámides tanto egipcias como del resto del mundo (aztecas, mayas, chinas, rusas, bosnias…), ruinas de ciudades y templos más o menos misteriosos, menhires y dólmenes, estatuas gigantes (Isla de Pascua), etc. Bien es verdad que algunas de estas construcciones y objetos se pueden atribuir a civilizaciones terrestres del pasado avanzadas tecnológicamente como la civilización Atlántida pero eso no invalida la anterior procedencia extraterrestre, incluso ciertos extraterrestres pudieron asesorar y enseñar a estas enigmáticas civilizaciones, tal y como – según la opinión de muchos ufólogos – hacen determinados alienígenas con la actual humanidad. 

Tambien hay que considerar como pruebas los testimonios de sus visitas – generalmente se les llamaba dioses – transmitidos oralmente de generación en generación en la mayoría de las culturas de poblaciones antiguas y primitivas que no han desaparecido y los de libros sagrados como la Biblia, el libro de Enoch, el Mahabharata (en donde se relatan claramente batallas espaciales de naves extraterrestres, los llamados vimanas), etc.

 Todas estas informaciones no las vamos a encontrar en los medios de comunicación de fácil acceso a las poblaciones como la prensa, la radio y la televisión y mucho menos en los telediarios de las cadenas televisivas, más o menos manipuladas por nuestros gobernantes. Estos son los primeros, suponiendo que sean conscientes del fenómeno OVNI, que tratan de ocultar este fenómeno, siguiendo órdenes de élites gobernantes superiores que piensan que el pueblo no debe de saber sobre estos temas – al menos todavía no – quizás para que no cunda el pánico, por intereses religiosos, o de otro tipo, creados, o por motivos más inconfesables todavía, por ejemplo que ciertos alienígenas utilizan nuestros ADNs, gametos y otros materiales biológicos humanos con diversos fines (hibridaciones, regeneración de sus biologías, alimento…) a cambio de darnos información tecnológica. Serían los pactos entre ciertas élites gobernantes, principalmente militares, de grandes potencias (EEUU…) con determinadas razas extraterrestres como grises y reptilianos.

4.       Existen pero no se comunican con nosotros: 

Es decir, nos ignoran… no les interesamos. Tendrían la misma actitud que nosotros con las hormigas, por ejemplo. Solamente interactuamos con ellas si nos estorban y entonces las matamos. ¿Se enteran dichos animalillos que existimos? No parece ser. Solo entramos en su realidad por accidente y no creo que tengan una conciencia clara de qué es lo que somos. Si es este el caso, los posibles alienígenas no se comunican con nosotros y no están interesados en que nos demos cuenta de que existen y pasan desapercibidos para nosotros.

5.  Existen, nos observan y vigilan pero no se dejan ver:

 En este caso podrían ser curiosos espaciales, turistas espaciales o bien científicos, observadores – los llamados vigilantes – que observan nuestra evolución, el estado de nuestro planeta, pero no interfieren, siguiendo la ley del libre albedrío de las criaturas del cosmos. Estos alienígenas vigilantes serían razas benevolentes, positivas para la humanidad, puede que algunos dioses buenos de la antigüedad.

    6.   Existen, interfieren en el planeta pero no se dejan ver: 

Este caso sería el de razas malévolas como reptilianos y grises entre otros, que nos han utilizado y nos utilizan con diversos fines (alimento – material y energético - , hibridaciones, manipulaciones genéticas, mano de obra…). Serían los dioses malos y los demonios de la antigüedad.

Estas son algunas de las posibles razones por las cuales los extraterrestres son escurridizos y no se manifiestan claramente ante nosotros. Hay que tener en cuenta que si en el cosmos hay vida inteligente, yo creo que sí, incluso me atrevería a decir que de forma abundante, las razas de aliens pueden ser muy diversas – varios investigadores han detectado más de 150 - . Muchas, o al menos algunas, de estas razas nos pueden haber visitado y nos visitan con diferentes intenciones, bien positivas, negativas o neutrales respecto a los terrícolas. 

A este respecto, además de lo que he comentado anteriormente, enlazo, para más detalles la siguiente web:

Razas extraterrestres






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