22 de abril de 2013

El universo bioamigable





Ha llegado a mi conocimiento un libro de James Gardner, Biocosm, de 2003 en el que el autor establece la hipótesis del “Biocosmos egoísta”, según la cual nuestro universo es amigable para la vida y la inteligencia.  

Surge a partir de un big-bang y está programado para desarrollarse en el tiempo, como lo hace un ser vivo en su ontogenia a partir de un programa genético codificado en su ADN. Este programa de desarrollo del universo provoca un proceso evolutivo semejante al darwinista en la evolución de los seres vivos en el cual la materia se va complicando y en un momento de la evolución surge la vida y en otro momento posterior surge la vida inteligente. En posteriores etapas el universo cada vez es más vivo e inteligente ya que la vida y la inteligencia se van extendiendo por dicho universo a medida que este se desarrolla en el tiempo. 

Hay que tener en cuenta que el surgimiento de la vida y de la inteligencia no aparecen al mismo tiempo en todas las partes del universo, pues dependen del sucesivo nacimiento de estrellas y planetas pero si hay una tendencia evolutiva a que la vida y la inteligencia aparezcan y se extiendan cada vez más como una suerte de panspermia y de panspermia inteligente.

Esta teoría se refuerza en su posterior libro “El universo inteligente” de 2007. A diferencia de otros cosmólogos y pensadores que opinan que el surgimiento de la vida es un proceso fortuito y azaroso en la inmensidad del universo, Gardner, entre otros, en los que me incluyo, opinamos que la vida es un proceso común en nuestro universo y es favorecida por sus leyes físico-químicas (universo bioamigable). El surgimiento de esta vida y también de la vida inteligente, es una tendencia evolutiva codificada en el programa de desarrollo del universo.

Yo ya lo apunté en mi artículo “De la materia a la vida y dela vida…¿al espíritu?” de 2001.

Por otro lado, cada vez está más afianzada en la comunidad científica la hipótesis de los multiuniversos dentro de un cosmos en evolución. A parir de una materia-energía ¿inteligente?, quizás eterna, en una especie de “espuma cuántica” surgen burbujas o embriones de universos (universos bebé) que se desarrollan con arreglo a su “programa de instrucciones (a modo de programa genético)” en simultaneos o/y sucesivos big-bangs y que se ajustan a las reglas de la evolución darwiniana de selección natural, que, parece ser, rige todo proceso evolutivo, vivo y no vivo. Se supone que la selección cósmica favorece los universos bioamigables. Los universos surgidos, maduran, se reproducen, envejecen y mueren, como los seres vivos. Los universos bebé que generan, evolucionan según la selección natural y en las sucesivas generaciones de universos hijos se favorece la vida y la inteligencia que, a lo largo del tiempo cosmológico, son cada vez más complejas y perfectas. Igual que ocurre con la evolución de los seres vivos en nuestro planeta.

En este proceso de surgimiento y muerte de universos es probable que tengan mucho que ver los grandes agujeros negros y blancos como indica Gardner en sus libros y yo mismo he apuntado también en anteriores entradas de este blog.

Incluso Gardner llega a sugerir que determinados universos bebé pueden haber sido “creados” por superinteligencias cósmicas.


18 de abril de 2013

Evolución artificial (2)







"El cuerpo humano es un gran problema. Ya no lo necesitamos. Si pudiéramos deshacernos de él podríamos vivir mucho más tiempo. Investigar sobre ello sería algo más provechoso. Los cyborgs del futuro tendrán cuerpos tecnológicos con cerebros biológicos en parte. Habrá una inteligencia global con individuos como nodos dentro de la red. Los humanos que no se actualicen a la última versión, los ordinarios, lo tendrán muy difícil."


Estas son las inquietantes palabras de Kewin Warwick, profesor de cibernética en la Universidad británica de Reading, conocido como “capitán cyber” y entrevistado el 17 de abril con motivo de su venida a España:


Estas ideas apuntan a una suerte de asociación entre humanos y máquinas por ellos creadas, en un salto evolutivo similar a la endosimbiosis que posibilitó el surgimiento de la célula eucariótica a partir de la asociación de bacterias hace unos 2 mil m.a. 

Esta nueva asociación se enmarcaría dentro de las progresivas asociaciones de la materia y de la vida que producen complejidad en la evolución del universo:


Partículas subatómicas – átomos – moléculas – macromoléculas – orgánulos – células – organismos pluricelulares….

 Lo he he explicado en mi artículo “Evolución de la materia y de la vida” del año 2000.

A partir de la materia surge la vida y a partir de esta vida surge la vida inteligente como la vida humana, por ejemplo, y una posible, si no, probable evolución de esta vida humana puede que sea esta asociación hombre-máquina, quizá en la línea que apunta Warwick. 

Esta asociación, siempre y cuando se realice adecuadamente, podrá potenciar enormemente al ser humano y, entre otras ventajas, favorecer una especie de inmortalidad. Nuestra mente formará parte de una mente global sostenida por máquinas, mucho más resistentes que los cuerpos biológicos, y además estos cyborgs interconectados por una red inteligente se podrán reproducir y perpetuarse, evolucionar y fortalecer sus mentes. Esta nueva forma de vida inteligente puede que sea mucho más adecuada para expansionarse en el universo y conquistar nuevos planetas.


10 de abril de 2013

Evolución artificial (1)







Desde que ha aparecido el Homo sapiens en La Tierra, la evolución se ha acelerado. Me explico: Me refiero a la evolución propiciada por el propio hombre, una suerte de evolución artificial. 

Antes del hombre la evolución era un proceso natural, enmarcado en el devenir temporal del universo según la flecha del tiempo termodinámico de expansión a partir del la gran explosión, con la que surgió nuestro universo. En un momento determinado – hace unos 4 mil m.a. – surgió la vida en nuestro planeta y comenzó la evolución biológica regida por las reglas neodarwinistas. Los genes de los seres vivos han ido mutándose primero y después recombinándose y con ayuda de otros procesos evolutivos como la endosimbiosis y asociaciones de seres vivos, la colaboración de virus, etc, la evolución de la vida ha ido avanzando, unas veces más lentamente y otras más rápidamente, ajustándose a la presión de selección medioambiental pero siempre en periodos de tiempo amplios, de miles y millones de años; el tiempo siempre ha sido un efectivo cómplice de esta evolución.

Pero ha aparecido el hombre y las cosas han cambiado en cierto modo. Ya los primeros agricultores y ganaderos practicaron una suerte de selección artificial en plantas cultivadas y ganado, como acertadamente señaló Charles Darwin, para argumentar su teoría de la selección natural. Este proceso, que sigue practicándose hoy en día, acelera considerablemente el proceso de selección de seres vivos, pero hay procesos inventados por la mente humana que aceleran y acelerarán todavía más la evolución biológica, en especial la humana. 

En primer lugar la modificación del genoma por métodos de ingeniería genética. Esta tecnología, está perfeccionándose cada vez más y en un futuro, no solo se podrán reparar y/o sustituir genes defectuosos en los seres vivos y en el hombre sino que se podrán seleccionar “a la carta” bebés con arreglo a unas determinadas cualidades; incluso se podrían “crear” razas o especies nuevas. Claro que hay que tener en cuenta los frenos éticos que se pondrán a algunas de estas opciones.

Por otro lado hay que considerar los avances en computación e inteligencia artificial. Es probable que en un futuro se fabriquen máquinas inteligentes en forma de ordenadores o de robots, entre los que se podrían encontrar los androides. Estos robots podrían realizar – de hecho ya lo hacen – trabajos que el hombre no desea o no puede realizar. Serían muy útiles en tareas espaciales, como viajes al espacio, por ejemplo. Estos androides podrían construirse, con el tiempo, pareciéndose cada vez más al ser humano, teniendo sentimientos, capacidad de decisión y consciencia, (los androides podrían ser mixtos, con componentes biológicos como neuronas y componentes no biológicos, propios de los robots convencionales) por no hablar de una inteligencia mucho más potente, al menos más rápida, como es propio de los ordenadores.
Es decir, un posible futuro de la humanidad podría ser el androide mixto.... A este respecto es interesante la siguiente noticia:

Cyborgs en 2045

 Como la ciencia-ficción ha insinuado, las máquinas podrían superar al hombre, incluso manejarle según sus intereses, en una especie de esclavitud. Esperemos que la inteligencia de estas máquinas no se escape a nuestro control y que esto no ocurra. Estas máquinas podrían adquirir autonomía propia, sobre todo si consiguen la capacidad de reproducirse por sí mismas y evolucionar, como lo hacen los seres vivos. De hecho ya se está trabajando en este proceso.

Por último hay que considerar los avances de la nanotecnología, es decir la construcción de minimáquinas de todo tipo de tamaño microscópico que podrían introducirse en los organismos vivos, por ejemplo humanos, para realizar una serie de acciones diversas, como acciones terapéuticas, de potenciación de la mente (microchips cerebrales), etc. Por no citar la construcción de nanorobots, prácticamente invisibles que podrían actuar de múltiples formas, pasando desapercibidos, salvo para los científicos que los han programado para una determinada tarea.



En fin, el futuro de la humanidad, si ésta no se autodestruye, puede ser apasionante, quizá peligroso y en cierto modo, inimaginable….