4 de mayo de 2010

Las extinciones, catástrofes de la biosfera



Ha llegado el momento de escribir sobre estos sucesos que, de forma repetida y con frecuencia impredecible, han sacudido a los seres vivos desde que aparecieron sobre el planeta.
Las extinciones se producen en épocas en las que hay una mortandad más o menos brusca en todos o en una buena parte de los tipos de vida de la época, y en las que, los ecosistemas son completamente reestructurados y aparecen formas de vida más o menos novedosas, adaptadas a las nuevas situaciones ambientales, ya que cambios ambientales más o menos bruscos, provocan tales crisis biológicas.

Se han registrado varias extinciones a lo largo de la historia de los seres vivos: durante la era proterozoica, hubo al menos una extinción, de vida microbiana, la producida como consecuencia del aumento de oxígeno en el ambiente debido a la actividad fotosintética; los nuevos microorganismos surgieron con importantes adaptaciones bioquímicas a los nuevos ambientes oxigenados. Hay que hacer notar que las bacterias, por su abundancia, rapidez de reproducción y versatilidad, son muchos más resistentes a los cambios ambientales que los seres vivos complejos y pluricelulares, más diversificados y especializados con respecto a los medios ambientales existentes, y por eso, las extinciones, se refieren, en especial, a estos últimos, ya que tienen una fragilidad evolutiva mayor.

Durante la era paleozoica se produjeron tres extinciones: una, a comienzos del Silúrico (440 m.a.), otra a finales del Devónico (367 m.a.) y otra, la de más envergadura, a finales del Pérmico (245 m.a.), en la transición a la era mesozoica.
Hubo otra extinción importante, en la que desaparecieron los dinosaurios, a finales del Cretácico (65 m.a.) y actualmente, el hombre está provocando otra extinción de seres vivos, y ¿quien sabe? si de su propia especie… Pero de esto hablaré más adelante.

La vida máxima de una especie es, normalmente, de unos 10 m.a. (en los mamíferos de unos 3-5 m.a.) y después desaparecen para dar paso a nuevas especies; pero la intensidad de estas “extinciones normales o de fondo” de especies es baja y gradual a lo largo del tiempo; es en estas épocas de catástrofe cuando se supera claramente esta intensidad en la desaparición de especies, debido a acontecimientos ambientales más bruscos e intensos de lo normal.
Hay que considerar a las extinciones como fuerzas modeladoras de la vida, como sucesos que modulan la evolución, al igual que lo hace la selección natural darwiniana.

¿Qué sucesos han provocado las principales extinciones masivas? Son sucesos de variado tipo pero todos ellos han provocado cambios ambientales intensos y acelerados que han desencadenado estas crisis biológicas.

La mayor extinción sucedida hasta la fecha, la extinción permo-triásica, provocó una desaparición de más del 90% de las especies oceánicas y más del 70% de las familias de vertebrados terrestres. No están claras sus causas; se han propuesto varias: 1.- un cambio climático (enfriamiento) debido al la glaciación permo-carbonífera y desertización de la pangea. 2.- Una anoxia debida a la oxidación masiva de cadáveres de seres vivos muertos al retirarse los mares de las plataformas continentales (regresiones marinas) 3.- emisiones masivas de productos volcánicos a finales del Pérmico, en Siberia y China que cambiaron el clima. 4.- El impacto de un asteroide, con la consiguiente saturación atmosférica de polvo, oscurecimiento y falta de luz, parada de los procesos fotosintéticos, etc., tal y como, parece ser ocurrió en la extinción de finales del Cretácico.
Cada una de estas causas tienen sus inconvenientes y es probable que esta extinción sea un acontecimiento complejo provocado por varios factores, aunque quizá el impacto del asteroide, como ocurrió en la siguiente extinción, haya sido determinante; lo que ocurre, es que en este caso, no ha sido suficientemente probado que haya ocurrido tal impacto.

La extinción más famosa, aunque no la de mayor envergadura, ha sido la cretácico-terciaria (65 m.a.) que produjo un relevo importante de flora y sobre todo de fauna, tanto oceánica como terrestre. Entre los animales marinos se extinguieron los amonites y los belemnites y entre los terrestres, es famosa la extinción de los dinosaurios, lo que dio la oportunidad a los pequeños mamíferos que convivían con ellos y que sobrevivieron, para ocupar los hábitats y nichos ecológicos que los grandes reptiles dejaron y experimentar una exitosa irradiación evolutiva en el terciario.
¿A que se debió esta extinción? En la década de los 70, el geólogo Walter Álvarez y su padre Luis demostraron que la causa fue el impacto de un gran asteroide, al encontrar concentraciones muy elevadas de iridio en los estratos arcillosos que señalan el tránsito entre las dos eras; este elemento es muy escaso en la corteza terrestre y mucho más frecuente en los meteoritos, lo que prueba este impacto; posteriormente, se encontró sepultado, el cráter producido por dicho impacto, de 50 km de profundidad y 180 km de diámetro en Chicxulub, localidad del Golfo de México; se calculó que el asteroide debió tener unos 10 km de diámetro.
Las consecuencias debieron ser catastróficas: El proyectil, inyectó en la atmósfera miles de millones de toneladas de material suyo y de la corteza terrestre en forma de polvo, cenizas y vapor; produjo una enorme ola de 1 km de altura (tsunami) que inundó gran parte de Norteamérica. El polvo, hollín y humo, enturbiaron la atmósfera, ocultando la luz del sol durante meses, incluso años, y desencadenaron el descenso de temperatura que congeló buena parte del planeta; después, la gran cantidad de CO2 producido e inyectado a la atmósfera, provocó un incremento considerable de las temperaturas y los correspondientes incendios… Estos fuertes contrastes térmicos, junto con el oscurecimiento, colapsaron la mayor parte de los ecosistemas del planeta; murieron los vegetales (productores del ecosistema) y también los animales (consumidores: fitófagos y zoófagos). También, la gran cantidad de azufre liberado provocó intensas lluvias ácidas para rematar la ya gravemente herida Tierra. Perecieron las tres cuartas partes de las especies existentes, incluyendo los dinosaurios, como antes he indicado y tuvieron que transcurrir más de 10 m.a. para que los ecosistemas volvieran a regenerarse.