11 de junio de 2012

La información de la vida está en los ácidos nucléicos


Las moléculas se pueden asociar para formar macromoléculas. Algunas de estas macromoléculas han sido y son el fundamento de la vida. Son grandes moléculas de carácter polimérico, formadas por unidades, a su vez moleculares, que se repiten (monómeros) pero que no son exactamente iguales entre sí; el orden o secuencia de repetición determina un tipo de información distinta y si son lo suficientemente largas dichas macromoléculas pueden almacenar información por distintas secuencias repetitivas de los monómeros. Estas macromoléculas son los ácidos nucleicos (ADN y ARN) y los monómeros que se repiten son los nucleótidos, moléculas que son muy parecidas entre si¸ solo se diferencian en las bases nitrogenadas que llevan; hay cuatro bases distintas que se repiten y se pueden formar variaciones de estas cuatro bases con repetición en las larguísimas cadenas de ADN; este hecho da lugar a un gran almacenamiento de información: es la información genética y los genes son fragmentos de este ADN de diverso tamaño con una determinada secuencia de nucleótidos y de sus bases. Es un lenguaje de cuatro letras: Ejemplo de un fragmento de gen en una hebra de ADN:
            .... A – C – C – T – G – A – A – G – C – C – T – T ....
A = adenina  T = timina  C = citosina  G = guanina  Estas son las cuatro bases nitrogenadas del ADN.
  Como vemos en la asociación de nucleótidos (moléculas) para formar ácidos nucleicos (macromoléculas) aparece una propiedad emergente nueva y fundamental: la capacidad de almacenar determinada información; es la información de los seres vivos, que se almacena en forma de genes. Si a este hecho añadimos la capacidad de replicación o reproducción que tienen estas macromoléculas, ya tenemos aquí, las bases de la esencia de los seres vivos; los seres vivos que hay en la Tierra no se entienden sin estas moléculas que son su esencia.

  Esta capacidad de almacenamiento de información que tienen los ácidos nucleicos, les hace ser  como un registro histórico de los cambios producidos en el entorno en que han vivido nuestros ancestros o cualquier ser vivo. Dawkins  se refiere a ellos como "el libro genético de los muertos". Por otro lado, dado que la historia está plagada de cambios ambientales más o menos intensos y graduales, el ácido nucléico (por ejemplo, ADN) que se propague será cada vez más complejo, como se ha indicado anteriormente, puesto que contendrá cada vez más información sobre los cambios ambientales acontecidos. Téngase en cuenta que sin aleatoriedad, es decir, mutaciones, este proceso no funcionaría, puesto que son los cambios mutacionales aleatorios que se producen en el ADN los que proporcionan la variedad sobre la que actúa la selección natural escogiendo mutaciones que llevan a  organismos mejor adaptados a su entorno ambiental.

Y de esta manera comienza la aventura evolutiva de la materia viva. Los seres vivos son capaces de almacenar información en sus genes, de la forma antes indicada y de perpetuarse en el tiempo mediante la reproducción. Así la materia viva es una materia especial que es capaz de registrar en si misma su propia historia, sus vivencias, en forma de información genética; a lo largo de la evolución de los seres vivos se observa una tendencia a aumentar dicha información, con los cual estos seres vivos son cada vez más poderosos, más autosuficientes, controlan mejor el ambiente; en otras palabras: logran sobrevivir mejor y son más estables. Esto trae consigo una complejidad de la materia viva creciente: aparecen seres vivos cada vez más complejos, pues así se supone que logran un aumento de información y un mejor control ambiental.

No obstante hay otro tipo de estrategias vitales que no tienen por qué llevar necesariamente a una mayor complejidad vital con el tiempo: Es el caso de las bacterias que con una simplicidad evidente si la comparamos con seres vivos eucarióticos y pluricelulares más complejos como los humanos, han sido las primeras en aparecer como seres vivos en nuestro planeta y se han adaptado con éxito a todo tipo de ambientes; son persistentes y ubicuas y es probable que serán las ultimas en desaparecer cuando la Tierra se muera.