10 de abril de 2013

Evolución artificial (1)







Desde que ha aparecido el Homo sapiens en La Tierra, la evolución se ha acelerado. Me explico: Me refiero a la evolución propiciada por el propio hombre, una suerte de evolución artificial. 

Antes del hombre la evolución era un proceso natural, enmarcado en el devenir temporal del universo según la flecha del tiempo termodinámico de expansión a partir del la gran explosión, con la que surgió nuestro universo. En un momento determinado – hace unos 4 mil m.a. – surgió la vida en nuestro planeta y comenzó la evolución biológica regida por las reglas neodarwinistas. Los genes de los seres vivos han ido mutándose primero y después recombinándose y con ayuda de otros procesos evolutivos como la endosimbiosis y asociaciones de seres vivos, la colaboración de virus, etc, la evolución de la vida ha ido avanzando, unas veces más lentamente y otras más rápidamente, ajustándose a la presión de selección medioambiental pero siempre en periodos de tiempo amplios, de miles y millones de años; el tiempo siempre ha sido un efectivo cómplice de esta evolución.

Pero ha aparecido el hombre y las cosas han cambiado en cierto modo. Ya los primeros agricultores y ganaderos practicaron una suerte de selección artificial en plantas cultivadas y ganado, como acertadamente señaló Charles Darwin, para argumentar su teoría de la selección natural. Este proceso, que sigue practicándose hoy en día, acelera considerablemente el proceso de selección de seres vivos, pero hay procesos inventados por la mente humana que aceleran y acelerarán todavía más la evolución biológica, en especial la humana. 

En primer lugar la modificación del genoma por métodos de ingeniería genética. Esta tecnología, está perfeccionándose cada vez más y en un futuro, no solo se podrán reparar y/o sustituir genes defectuosos en los seres vivos y en el hombre sino que se podrán seleccionar “a la carta” bebés con arreglo a unas determinadas cualidades; incluso se podrían “crear” razas o especies nuevas. Claro que hay que tener en cuenta los frenos éticos que se pondrán a algunas de estas opciones.

Por otro lado hay que considerar los avances en computación e inteligencia artificial. Es probable que en un futuro se fabriquen máquinas inteligentes en forma de ordenadores o de robots, entre los que se podrían encontrar los androides. Estos robots podrían realizar – de hecho ya lo hacen – trabajos que el hombre no desea o no puede realizar. Serían muy útiles en tareas espaciales, como viajes al espacio, por ejemplo. Estos androides podrían construirse, con el tiempo, pareciéndose cada vez más al ser humano, teniendo sentimientos, capacidad de decisión y consciencia, (los androides podrían ser mixtos, con componentes biológicos como neuronas y componentes no biológicos, propios de los robots convencionales) por no hablar de una inteligencia mucho más potente, al menos más rápida, como es propio de los ordenadores.
Es decir, un posible futuro de la humanidad podría ser el androide mixto.... A este respecto es interesante la siguiente noticia:

Cyborgs en 2045

 Como la ciencia-ficción ha insinuado, las máquinas podrían superar al hombre, incluso manejarle según sus intereses, en una especie de esclavitud. Esperemos que la inteligencia de estas máquinas no se escape a nuestro control y que esto no ocurra. Estas máquinas podrían adquirir autonomía propia, sobre todo si consiguen la capacidad de reproducirse por sí mismas y evolucionar, como lo hacen los seres vivos. De hecho ya se está trabajando en este proceso.

Por último hay que considerar los avances de la nanotecnología, es decir la construcción de minimáquinas de todo tipo de tamaño microscópico que podrían introducirse en los organismos vivos, por ejemplo humanos, para realizar una serie de acciones diversas, como acciones terapéuticas, de potenciación de la mente (microchips cerebrales), etc. Por no citar la construcción de nanorobots, prácticamente invisibles que podrían actuar de múltiples formas, pasando desapercibidos, salvo para los científicos que los han programado para una determinada tarea.



En fin, el futuro de la humanidad, si ésta no se autodestruye, puede ser apasionante, quizá peligroso y en cierto modo, inimaginable….


1 comentario:

Jesús Merino dijo...

Me parece cierto que la programación llegue a ser muchísimo más sofisticada, pero no puedo creer que surja consciencia de una programación. Me convence mucho más la idea de una realidad con propiedades holográficas, y si es así, la consciencia es parte inseparable de un todo universal, no puede surgir de un montón de señales eléctricas o de otro tipo.
Por otra parte, hablar de consciencia y de inteligencia es bastante absurdo y abstracto, a ver quién es capaz de ponerse de acuerdo para llegar a una definición incuestionable. Si ni siquiera somos capaces de dar una definición exacta, ¿de qué sirve plantear si algún día las máquinas van a ser más inteligentes que nosotros?