Como
animales que somos adaptados al medio terrestre de nuestro planeta percibimos
una realidad limitada, en consonancia con nuestro modo de vida y que nos
garantiza, dentro de ciertos márgenes, nuestra supervivencia como especie. Pero
hemos adquirido una consciencia debido al gran desarrollo que ha tenido nuestro
cerebro y que no parece ser tengan otros animales aquí en la Tierra, al menos
tan desarrollada y potente. Esta consciencia nos permite, entre otras cosas
saber que existimos, conocer nuestro yo y hacernos una serie de preguntas que,
probablemente, otros animales no se hacen: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?
¿Tenemos una misión en esta vida? ¿Qué nos sucederá después de la muerte? ¿Cómo
es el Universo?....
Gracias a
nuestra inteligencia hemos fabricado una tecnología muy avanzada en relación a
la de otros animales terrestres, que nos ha permitido ir conociendo cada vez
mejor el espacio que nos rodea; es decir nuestra tecnología y nuestra
inteligencia nos ha permitido llegar a comprender, en parte, como es el
Universo; pero todavía tenemos mucho que aprender, que descubrir y que
investigar. Nuestros sentidos solamente perciben nuestra realidad que nos ha
permitido sobrevivir hasta la fecha pero intuimos, por lógica y razonamiento,
que existen otras realidades que no conocemos.
Parte de estas realidades las
podemos ir vislumbrando gracias a la ciencia y tecnología que construimos y que
cada vez son más poderosas; también nos han ayudado y ayudan en esta curiosidad
nuestra, la filosofía, la metafísica, la mística, la parapsicología y otra serie
de disciplinas; cuanto más abierta a lo desconocido tengamos nuestra mente e
imaginación, en mejores condiciones estaremos de entender realidades que por
nuestra naturaleza y con los conocimientos actuales no percibimos.
Dicho esto,
se puede especular sobre qué tipos de realidades existen y que se nos escapan:
En primer
lugar los satélites que detectan otras ondas del espectro electromagnético que
se escapan a nuestro espectro visible nos pueden mostrar un universo diferente
aunque más o menos previsible ya que el espectro electromagnético está bastante
estudiado por nuestros científicos.
Algo más desconocido puede ser la detección
de ondas gravitacionales en el espacio que nos pueden enseñar un universo más
completo y todavía desconocido; y no digamos la posible percepción futura de la
materia oscura y el mejor conocimiento de la energía oscura, que nos pueden
aclarar en gran medida la estructura y composición del universo.
También
podemos acudir a la física cuántica y especular, según las aportaciones de esta
sorprendente rama de la física, que sus principios se puedan aplicar al mundo
macroscópico, es decir, al conjunto del universo, con sus nebulosas, galaxias,
estrellas y planetas. De esta forma nos encontraríamos con un mundo de
probabilidades, de universos alternativos y simultáneos. Además, según la dualidad onda-partícula de la materia, si nosotros fuéramos capaces de percibir el universo ondulatorio en vez del corpuscular, tendríamos una realidad del cosmos totalmente diferente: Veríamos un conjunto de ondas de diferente longitud y frecuencia que interfieren entre sí y entenderíamos mejor la interconexión de la materia-energía en el universo.
Y si consideramos la teoría de las cuerdas, con sus dimensiones extra, podemos imaginar dimensiones desconocidas simultaneas o nó a la nuestra y que incluso pueden interactuar entre si. He aquí que se abre una prometedora puerta de acceso a seres de otras dimensiones que entran en la nuestra como, alienígenas, fantasmas, fallecidos, espíritus, ángeles, diablos, dioses….
Y si consideramos la teoría de las cuerdas, con sus dimensiones extra, podemos imaginar dimensiones desconocidas simultaneas o nó a la nuestra y que incluso pueden interactuar entre si. He aquí que se abre una prometedora puerta de acceso a seres de otras dimensiones que entran en la nuestra como, alienígenas, fantasmas, fallecidos, espíritus, ángeles, diablos, dioses….
Y si
consideramos el factor tiempo y especulamos con sus diversas teorías para
explicarlo, nos podemos encontrar con realidades sorprendentes. Desde la que
nos es más familiar en un espacio-tiempo relativista o einsteniano en el que la
flecha del tiempo marca nuestra evolución en el universo, hasta entender el
tiempo como una ilusión de nuestra mente, y por lo tanto inexistente, en una
realidad atemporal y extraña, que no podemos entender ya que somos prisioneros
del tiempo que percibimos….
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