15 de junio de 2014

Evolución de la materia y de la vida - 2 -






Asociación de átomos, moléculas y macromoléculas para formar células:
 
            Fue un gran salto evolutivo en la aparición de la vida. Puede que las primeras células  se formaran en la Tierra y puede que procedieran del espacio, sembrando nuestro planeta y colonizándolo. Bien fuese de una forma u otra, el hecho es que tuvieron que formarse a partir de moléculas, bien en la Tierra o bien en otro lugar del espacio. En una célula, muchas biomoléculas se asocian en orgánulos subcelulares como ribosomas, cromosoma bacteriano, membrana plasmática, flagelos, etc. ¿Cómo se formaron estos orgánulos? Es claro que las instrucciones para su creación  y organización radican en los genes de las largas moléculas de ADN hechas por polimerización de desoxirribonucleótidos.
 
            ¿Cómo se determina el orden de polimerización de estos nucleótidos en las cadenas de los ácidos nucleicos? Esta es la pregunta clave, ya que este orden o secuencia de nucleótidos determina la diversidad de los genes y por lo tanto la diversidad de los seres vivos. En el origen de la vida abundaban las biomoléculas que se fabricaban sin cesar, entre ellas nucleótidos. Puede que con el tiempo, surgiesen polimerizaciones al azar de ARN que se perpetuaron por un proceso de selección natural y este, al igual que las ribozimas descubiertas en las últimas décadas, interviniese enzimáticamente en su reproducción hasta que se inventó ¿quizá por selección natural? la traducción y la fabricación de proteínas y de enzimas a partir de las instrucciones nucleotídicas del ARN. Más adelante se formó el ADN a partir del ARN, el cual constituye una molécula más adecuada para guardar la información genética, ya que es más estable y es doble, quedando el ARN como un intermediario en la expresión de los genes. Organizada esta estrecha colaboración entre ADN, ARN y proteínas, estas macromoléculas aprendieron a protegerse del medio, rodeándose de capas lipídicas a modo de membranas plasmáticas, con lo que surgieron las primeras protocélulas, los progenotes. Por un proceso de evolución molecular, los ADNs fueron aumentando en tamaño al polimerizarse cada vez más nucleótidos y fue aumentando el número de genes, los cuales habían aprendido a replicarse y a expresarse en proteínas y enzimas.
           
            Los virus nos pueden ayudar a comprender esta evolución. Existe toda la gama de complejidad en los virus. Los más sencillos son simples moléculas de ácidos nucleicos. En un siguiente paso los ácidos nucleicos se rodean y protegen de cápsidas proteicas. Un tercer paso consiste en una segunda envoltura; una especie de membrana plasmática que rodea a la cápsida. Los más complejos como los del SIDA tiene varios envoltorios proteicos por dentro de la membrana. ¿Nos enseñan los virus como se fueron formando las células? Mas bien parece que sean ácidos nucleicos que se han independizado de células bacterianas, vegetales o animales y que evolucionan a formas cada vez más complejas, aunque no precisamente celulares.
 
            Recientemente se han descubierto unas estructuras filamentosas que contienen ADN, los nanobios, de tamaño algo mayor que los virus (entre 20 y 150 nm de diámetro). Se han encontrado en un meteorito marciano y en zonas relativamente profundas de la corteza terrestre, a unos 3 mil metros. Puede que sean formas intermedias entre virus y células, formas puente entre ambos seres en la evolución de la vida.
           
            ¿Cuánto tiempo transcurrió hasta que se formaron las primeras células a partir de estas biomoléculas? Según la evidencia fósil este gran salto evolutivo fue relativamente rápido: En un intervalo que va desde los 4000 m.a. en que las condiciones en zonas superficiales ya pudieron ser aptas para la vida hasta los 3.800-700 m.a. en que aparecen las primeras evidencias de fósiles bacterianos. ¿Son suficientes 300 m.a. para dar ese gran paso evolutivo? Es posible, aunque cabe otra alternativa: El origen extraterrestre de las primeras células que en forma de esporos muy resistentes, colonizasen la Tierra a través de meteoritos o fragmentos cometarios. Estos esporos pueden resistir en estado de vida latente mucho tiempo (se ha logrado revivir bacterias encerradas en cristales de sal de 250 m.a. de edad) y desafiar muchas agresiones ambientales, lo cual les permitiría resistir los grandes viajes espaciales. De cualquier modo, bien sea en la Tierra, bien sea en el espacio (¿en otros planetas?), las células, bacterianas o no, han tenido que construirse por evolución a partir de biomoléculas.
           
            Hay otra posibilidad más fantástica todavía: Seres extraterrestres inteligentes han visitado la Tierra y la han sembrado, quizá de virus, quizá de células ¿bacterianas? intencionadamente, para que en este planeta evolucionase la vida, o bien la han contaminado involuntariamente. Pero la pregunta persiste: ¿Cómo han surgido estos seres inteligentes?
 
            Otra cuestión es saber si las primeras células a partir de los antepasados progenotes fueron células procarióticas como las bacterias o fueron células eucarióticas primitivas. Hasta hace poco se creía que las primeras células fueron de tipo bacteriano pero actualmente, muchos biólogos creen que las bacterias actuales son formas celulares simplificadas y adaptadas a una reproducción rápida  y que la célula primitiva sería una célula más cercana a la célula eucariota actual pero mas rudimentaria, y con menos orgánulos citoplasmáticos: las mitocondrias y los cloroplastos, y tal vez los centriolos, cilios y flagelos, aparecieron después en estas células por endosimbiosis con determinados tipos de bacterias (leer más adelante).
 
Asociación de células entre sí para formar células eucarióticas modernas:

 
            Este acontecimiento evolutivo debió de tener lugar hace unos 2000 m.a.  Por aquel entonces la atmósfera ya tenía prácticamente la misma cantidad de oxígeno que la actual, acumulado en ella debido fundamentalmente a la actividad fotosintética de cianobacterias. Células heterótrofas anaerobias de gran tamaño, se alimentaban por fagocitosis de bacterias más pequeñas. Varios tipos de estas últimas lograron sobrevivir en el interior de la gran célula, estableciendo relaciones de endosimbiosis. En primer lugar, para alcanzar grandes tamaños, las células tuvieron que desarrollar mayor superficie membranosa de intercambio con el medio extracelular. Esto último lo consiguieron mediante invaginaciones de la membrana plasmática, con lo que desarrollaron un sistema de membranas internas que compartimentaban el citoplasma y rodeaban al núcleo. A parte de esto se establecieron varias asociaciones endosimbióticas: Se incorporaron bacterias aerobias que se transformaron en mitocondrias, con lo cual la célula hospedadora pudo vivir en ambientes oxigenados y realizar una respiración aerobia de mayor rendimiento energético. También es posible que los peroxisomas procediesen de bacterias que sabían eliminar los residuos tóxicos de las oxidaciones como el agua oxigenada. Los cloroplastos procederían de
¿cianobacterias o cloroxibacterias?, incorporadas en las células precursoras de las actuales células vegetales; y por último los cilios y flagelos procederían de la incorporación de espiroquetas, las cuales proporcionarían además los microtúbulos del huso mitótico que posibilita la mitosis. Aunque no todas estas asociaciones parecen igual de consistentes, si parece ser que, al menos, algunas de ellas tuvieran lugar. Así, apareció un modelo de célula nueva, de mayor tamaño, más compleja.
           
            Estas células eucariotas tenían un nucleo mas complejo que las bacterias: en lugar de tener un solo cromosoma circular tenían varios cromosomas (en realidad, fibras de cormatina) lineales, y fueron aumentando gradualmente la cantidad de genes, ya que muchos genes de las bacterias introducidas por endosimbiosis eran transferidos al núcleo de la célula hospedadora para un mejor control celular. Además su organización genética era distinta: Sus genes estaban fragmentados en exones e intrones y tenían mas "ADN no genético" que las bacterias. Estas células eucariotas  idearon  la mitosis ¿quizá por endosimbiosis con espiroquetas?, para asegurar la distribución equitativa de los complejos genes discontinuos organizados en fibras de cormatina en las células hijas durante la división celular.        
 
            Otra consecuencia de la complejidad celular  causada por las endosimbiosis fue el modo en que se resolvió el intercambio de genes entre células. Este fenómeno, realizado en bacterias mediante conjugación, en condiciones adversas, aumenta la variabilidad de genes en las diferentes generaciones bacterianas; esta variabilidad, unida a la provocada por mutaciones, potenciaba la evolución de dichas células. En las células eucariotas, ante la inviabilidad del intercambio de genes por conjugación se ideó un proceso  de intercambio más complejo: la reproducción sexual. Dos células de la misma especie pero de distinto signo sexual, una femenina y otra masculina se atraen, se fusionan (fecundación) y reúnen sus respectivas fibras de cromatina con los genes en una única célula doble, el cigoto. Esta célula huevo tendrá por lo tanto las fibras de cromatina duplicadas; un lote de fibras procederá de la célula masculina o padre y el otro lote de la célula femenina o madre y por lo tanto habrá una dotación doble de genes. Los genes están duplicados y las fibras de cromatina (cromosomas) apareados. A esta célula y las que resulten por división mitótica de ella, se las denomina diploides. Si posteriormente estas células desean intercambiar de nuevo genes, deben reducir su número de fibras de cromatina y de genes a la mitad mediante un proceso de meiosis, parecido a la mitosis pero más complejo. Se forman  así, células  con una dotación simple de fibras de cromatina y de genes, las células haploides, que ya se pueden unir entre sí o fecundarse. Estas células haploides que se fecundan se llaman gametos. ¿Cómo se distribuyen los genes en los gametos? ¿Tendrá un gameto determinado todos los genes de procedencia materna o femenina y otro gameto todos los genes de procedencia paterna o masculina? Si esto fuese así, el intercambio de genes se realizaría de manera muy limitada y lenta a lo largo de las generaciones celulares. Lo que ocurre es que un gameto puede tener fibras de cromatina y genes paternos y maternos según un proceso de azar y además durante la meiosis se produce un proceso de intercambio de genes (recombinación génica) entre cromosomas homólogos (entrecruzamiento cromatínico). Los cromosomas homólogos están apareados y uno es de origen paterno y el otro materno.
 
            Estos dos últimos procesos, distribución al azar de los cromosomas en los gametos y recombinación génica, aumentan la frecuencia de intercambio de genes y por lo tanto barajan las mutaciones, potenciando la variabilidad génica en las sucesivas generaciones celulares. De esta forma se favorece la evolución.
 
            Las células eucarioticas, al igual que las bacterias, también utilizan otros mecanismos de intercambio de genes: son los llamados mecanismos de transmisión horizontal, los virus como vectores de transmisión (transducción) y las bácterias, mediante genes móviles en plásmidos. De esta forma, mediante la infección vírica y bacteriana se pueden transmitir genes eucarióticos de unos individuos a otros, e incluso, de unas especies a otras, cuando estos genes son transportados por los microorganismos infecciosos.
           
            Los seres vivos se transforman, se adaptan al ambiente cambiante, evolucionan a nivel molecular mediante las mutaciones, que modifican el ADN y por lo tanto los genes. De esta forma, el ADN responde a los cambios del ambiente, transformándose si es necesario y enriqueciéndose con nuevas experiencias a lo largo de su vida y de las  generaciones, es decir mutando. A nivel celular, se completa esta adaptación y evolución con el intercambio de genes entre las diferentes células, con lo cual intercambian sus experiencias y sus logros evolutivos. Las mutaciones o cambios para adaptarse al ambiente no siempre son positivas y ventajosas y muchas moléculas  de ADN se destruyen y muchas células mueren en el intento, pero siempre sobreviven algunas que se reproducen con menos competencia ya que tienen logros ventajosos respecto a otras células y la vida se expande a pesar de la resistencia ambiental. A nivel molecular (ADN) la acción-ambiente reacción-mutación es directa y simple pero a nivel celular se complica. Los cambios ambientales, que a nivel molecular, consisten en radiaciones o moléculas químicas que afectan al ADN directamente, afectan más indirectamente a las células. El ADN está más protegido en el nucleoide de las bacterias y núcleo de células eucariotas contra los agentes mutágenos por las cubiertas celulares y el propio citoplasma, con lo cual las mutaciones se producen con menos frecuencia y las células evolucionan más despacio que las biomoléculas, además de ser más estables.

Continuará...



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