2 de mayo de 2012

La ingeniería genética en el hombre


Hay dos campos de investigación que se beneficiarán con incorporación de la clonación. La regeneración de tejidos (clonación terapéutica) y la ingeniería genética.
     Desde 1981 es posible que células embrionarias se reproduzcan en un medio de cultivo sin que se diferencien. Estas células se llaman células germinales embrionarias o células ES. La tecnología de células ES nos proporciona una herramienta para multiplicar el embrión en una masa de tejido indiferenciado del tamaño que sea necesario y luego convertirlo en el tejido particular que uno desee, utilizando las señales moleculares apropiadas. De esta forma se utiliza una célula adulta (de la piel por ejemplo) de un enfermo, pongamos, con un cáncer de sangre (leucemia nucleóide), para formar un embrión nuevo, con la ayuda de un óvulo donado no fertilizado. Con ese embrión se fabrica una masa de células ES que luego servirán para formar células de médula ósea para un posterior transplante y de esta forma se cura el linfoma. Así mismo podrían obtenerse bancos de cualquier tejido para transplantes evitando el rechazo, al ser de la misma persona.

Con la clonación, la ingeniería genética se podría practicar en la especie humana. Muchas células ES obtenidas a partir de un solo embrión clonado podrían ser sometidas a ingeniería genética y desechar las erróneas. Las células deseadas podrían producir un nuevo embrión para el desarrollo de un nuevo ser humano, genéticamente tratado.
            De esta forma pueden surgir los seres humanos genéticamente enriquecidos: Con los adelantos de la ingeniería genética y la clonación se están dando los primeros pasos para la elección de los niños virtuales o “a la carta”. A partir de 1990 ya se pueden escoger embriones individuales en función de sus perfiles genéticos; es la llamada biopsia embrionaria o diagnóstico genético preimplantacional (DGP). Es posible hacer una selección de los miles de genes diferentes que hay dentro de los embriones individuales, para determinar las diversas diferencias que puede haber entre los niños virtuales asociados con dichos embriones. Previamente se estimula a una mujer mediante hormonas para que produzca un gran número de óvulos (de 12 a 30); estos óvulos son extraídos de los ovarios y se fecundan in vitro. Cuando los embriones resultantes tienen entre 6 y 10 células (dos días y medio), se extraen de ellos una o dos células; se lee su ADN mediante la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (protocolo RCP) y otras técnicas moleculares y posteriormente se seleccionan los embriones que contienen los genes deseados para ser introducidos de nuevo en la mujer y se produzca la gestación. Este procedimiento actualmente tiene sus limitaciones y el porcentaje de éxito no es  todo lo deseable. Por eso, actualmente se utiliza esta técnica solamente en casos de parejas para las que existe un riesgo conocido de tener un hijo afectado por una enfermedad genética debido a un gen defectuosos que porten los padres.
  Pero aunque la selección de embriones es ya un hecho, y puede impedir herencias de genotipos defectuosos como los causantes de la fibrosis quística, corea de Huntington, anemia falciforme, fenilcetonuria.... la ingeniería genética de embriones humanos todavía está por llegar, aunque es probable que llegue en un futuro más o menos próximo. Entonces se potenciará, la anterior cura de enfermedades, en todos los casos y además se podrá practicar el enriquecimiento genético, aunque en este segundo supuesto  habrá más impedimentos morales, éticos y legales.
 Este enriquecimiento génico ya es algo rutinario en ratones y otros mamíferos.
Para introducir ADN extraño en mamíferos hay que transferirlo en la etapa de embrión unicelular; por ejemplo se puede utilizar una aguja microscópica especial que contiene ADN extraño y se atraviesa la membrana y el citoplasma de un embrión unicelular de mamífero, como un ratón, y se entra en el núcleo, donde se libera el ADN, que queda copiado en uno de los cromosomas del embrión. Esto ya se hizo en 1980.
        La aplicación de esta técnica en embriones humanos topa con algunos problemas técnicos, aparte de los éticos. En primer lugar, el porcentaje de incorporación del ADN es de menos del 5O% y además esta incorporación se realiza al azar en el genoma y si se incorpora en el 5% del genoma en donde hay genes funcionales, puede alterar la función de alguno de ellos y mutarlo, lo cual en el caso de los seres humanos, son riesgos que no se pueden permitir: Es de suponer que estas limitaciones se corrijan en un futuro, por ejemplo introduciendo en lugar de genes, cromosomas enteros, cromosomas artificiales construidos en el laboratorio con muchos genes deseados. Después se escogerían los embriones adecuados, si previamente se han clonado, como comenté antes. También se conseguirá reemplazar genes defectuosos por genes normales. Esto ya se ha conseguido en animales. Ya se ha desarrollado una terapia anti-gen, que utiliza transgenes (antigenes) que actúan para neutralizar la acción de otros genes específicos. De esta forma, es muy prometedora en los seres humanos la colocación directa dentro de embriones unicelulares de cromosomas artificiales con paquetes de genes y antigenes. Es probable que la ingeniería genética de embriones humanos llegará a ser factible, segura y eficiente para mediados del siglo XXI.
            ¿Cómo se utilizará la ingeniería genética en la especie humana en el futuro? Adelantemos algunas sugerencias bastante probables:
 Empezará con el tratamiento de solo aquellas enfermedades infantiles, como la anemia falciforme y la fibrosis quística, que tienen un grave impacto sobre la calidad de vida. Posteriormente se extenderá a tratar otro tipo de enfermedades como obesidad, diabetes, enfermedades cardiacas, asma y varios tipos de cáncer. Más adelante se añadirán nuevos genes que permitirán curar determinadas enfermedades infecciosas como el SIDA; también se añadirán genes que mejoren varias características de la salud como resistencia a determinadas enfermedades. La frontera final estará en la mente y en los sentidos; la adicción al alcohol será eliminada, junto con las predisposiciones a las enfermedades mentales y los comportamientos antisociales como la agresividad extrema. La agudeza visual y auditiva serán enriquecidas  en algunos para mejorar el potencial artístico y más adelante se podrán enriquecer también diversas facultades mentales y cognitivas, e incluso se podrán introducir genes que permitan ciertas percepciones que el ser humano ahora no tiene como la visión de rayos ultravioleta, la radiotelepatía....
  El peligro de este enriquecimiento genético radica en que como será costoso, únicamente los ricos podrán  pagárselo y se acentúe la existencia de dos clases: los pobres, que no tendrán acceso a la ingeniería genética y los ricos, la clase dominante y dirigente, que cada vez se enriquecerán más genéticamente hasta tal punto que llegue un momento que se conviertan en una especie distinta, que ya no se pueda cruzar con la clase de los pobres.
Quizá el enriquecimiento genético facilite en un futuro la conquista de otros mundos, de otros planetas...


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