5 de enero de 2010

Las plantas y su evolución (1)



Las plantas fueron los primeros seres vivos pluricelulares en adentrarse en tierra firme. ¿Cómo han evolucionado y como se han diversificado hasta la actualidad?
Estos vegetales, igual que los animales, se encuentran con problemas semejantes en su adaptación al medio terrestre: Evitar la pérdida de agua, adquirir estructuras esqueléticas, respirar el oxígeno del aire y proteger sus estructuras reproductoras.

Además, las plantas tienen que transportar los nutrientes inorgánicos (agua e iones minerales) que absorben del sustrato, el suelo, a las hojas, que son los órganos fotosintéticos; como hay una cierta distancia entre la raíz, por donde se absorben dichas sustancias y las hojas, que están en las partes altas de la planta, para que sean iluminadas al máximo, las plantas han tenido que idear un sistema de vasos conductores que transporten, a lo largo del tallo y hacia arriba, el agua y iones minerales (savia bruta); son los vasos leñosos del sistema vascular, que es un conjunto de tubos derivados de células especializadas y mas o menos endurecidas; en las hojas se fabrican las biomoléculas orgánicas (monosacáridos, aminoácidos…) a partir de la savia bruta y con el concurso del CO2 del aire que entra por los estomas (orificios regulables) de estos órganos fotosintéticos y se forma la savia elaborada, disolución acuosa que transporta estos nutrientes orgánicos, fabricados en virtud del proceso fotosintético a todas las partes de la planta, a través de otro sistema de vasos del tejido vascular, los vasos liberianos. Pues bien, como en la las algas no existe este sistema transportador de nutrientes, ya que no lo necesitan (están rodeadas de agua con nutrientes), las plantas han tenido que idear este sistema de transporte.

Por otro lado, la pérdida de agua, la evitan impermeabilizando la capa de células expuesta al aire; en este caso se forma el llamado tejido epidérmico: la epidermis, que es esta capa de células, está revestida por sustancias impermeables como la cutina; en las hojas aparecen unos orificios regulables, los estomas, para el intercambio de gases. También las plantas adquieren un tejido esquelético interno más o menos consistente, según tengan porte herbáceo o bien arbustivo o arbóreo. Las células de ciertos tejidos, como los vasos leñosos y las de los tejidos de sostén, se recubren de sustancias duras como la lignina; además la pared de las células vegetales está constituida por una sustancia, la celulosa, resistente y con cierta dureza, que ya de por sí cumple esta función esquelética. De esta manera las plantas se mantienen más o menos erguidas y extendidas para que sus hojas sean iluminadas, ya que su sistema de alimentarse, realizando la fotosíntesis, requiere esta disposición desplegada, “hacia fuera”, con órganos fotosintéticos, las hojas, numerosas y extensas.
Las plantas no desarrollan sistemas respiratorios o de intercambio de gases, como los animales; el oxígeno del aire entra por los estomas de las hojas y de los tallos y se difunde a las células del interior de la planta; con el CO2 ocurre los mismo: entra, en la fotosíntesis y sale, en la respiración, a través de los estomas.

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