La humanidad cada vez
es más consciente de la inmensidad de nuestro universo, y de la todavía mayor
inmensidad del cosmos, el conjunto de universos, pasados, presentes y futuros,
simultáneos o sucesivos, paralelos o no, como apunta la física cuántica.
Ya no
nos creemos “los reyes de la creación” y a medida que la ciencia avanza se van
identificando cada vez más planetas extrasolares (actualmente más de 2500) y un
puñado de ellos similares al nuestro, por lo que ya comenzamos a pensar que
puede haber vida ahí fuera, incluso vida inteligente, similar o superior a la
nuestra; dicho de otra forma: Extraterrestres o alienígenas.
En esto, cada vez hay
más pensadores y científicos que coinciden. Pero, nuestros intelectuales
ya no son tan partidarios de que estos alienígenas puedan explorar el espacio y
mucho menos en que nos visiten o nos hayan visitado. No hay evidencias
científicas, dicen, de tal hecho. Hay que hacer notar, sin embargo, que nuestra
civilización está comenzando a explorar el espacio, por ahora nuestro sistema
solar, y es posible que determinadas civilizaciones extraterrestres nos lleven
mucho adelanto en esta exploración.
En 1961 el astrónomo
Frank Drake estableció una ecuación para calcular el número de civilizaciones
extraterrestres inteligentes en nuestra galaxia. Partió de una estimación de
cien mil millones de estrellas sitas en la galaxia. De estas calculó las
estrellas similares a nuestro sol. Después calculó las fracciónes: De estrellas que
tienen planetas, las que tienen planetas como la Tierra, los planetas que
pueden albergar vida, los que pueden albergar vida inteligente, vida
inteligente con tecnología para comunicarse y duración razonable de estas
civilizaciones para coexistir varias a la vez. Calculó una estimación de diez
mil civilizaciones de este tipo solo en nuestra galaxia. Posteriormente el
astrónomo Carl Sagan con diferentes cálculos estimó el número en un millón.
Aunque estas estimaciones son aproximadas, nos hacen pensar que la vida inteligente
fuera de nuestro planeta es más o menos posible.
Las personas más incrédulas no
contemplan que haya vida fuera de nuestro planeta y mucho menos vida
inteligente. Las mentes más optimistas creen que el cosmos es un hervidero de
vida y mucha de ella es inteligente. Entre ambas posturas hay una graduación de
creencias intermedias. Sin embargo no parecen existir pruebas científicas de
que exista vida extraterrestre y mucho menos, vida inteligente… Al menos eso
indican nuestros científicos ortodoxos.
A favor de esta postura está la paradoja de Fermi
propuesta por el físico Enrico Fermi en 1950: Es la contradicción entre las estimaciones que
afirman que hay una alta probabilidad de existencia de civilizaciones
inteligentes en el universo, y la ausencia de evidencia de dichas
civilizaciones. ¿Dónde están los alienígenas?
Hay varias posibles
respuestas a esta paradoja, a saber:
1. No existen:
Es improbable.
Ya sabemos que las estimaciones de los astrónomos desde Frank Drake en adelante,
son más o menos optimistas con respecto a su existencia. Además resulta ilógico
que, sabiendo el inmenso número de estrellas y galaxias que hay en nuestro
universo y en los demás posibles universos, solo vaya a existir vida
inteligente y más aún, vida en un minúsculo planeta del sistema solar.
Aunque
las galaxias, estrellas y planetas puedan tener variaciones locales más o menos
acentuadas, todas ellas siguen unas mismas leyes físicas, químicas y probablemente,
biológicas y, en lo básico, son semejantes, como se ha podido comprobar en el
universo conocido. Por otro lado, la vida, tal y como la conocemos en nuestro
planeta, es ubicua, pertinaz, insistente y capaz de asentarse en todo tipo de
ambientes, muchos de ellos extremos, por lo que no es de extrañar que en
ambientes extraterrestres a la más mínima oportunidad aparezca y evolucione
como lo ha hecho en la Tierra; incluso es probable, si las condiciones son
favorables (por ejemplo, agua, estabilidad climática…) y hay tiempo suficiente,
evolucione hacia seres más o menos inteligentes.
2. Existen, pero no somos
conscientes de ello:
El principal argumento a favor de esta hipótesis es que no
nos hayan visitado. Muchos intelectuales opinan que las larguísimas distancias
que hay en el espacio entre las estrellas y galaxias son insalvables para
cualquier civilización extraterrestre. Por ejemplo, la estrella más cercana a
nuestro sol es Próxima Centauri a algo más de 4 años luz (el sol está a 8
minutos luz de nuestro planeta); la
estrella Sirio está a unos 8,5 años luz y la estrella Vega a unos 25 años luz;
son estrellas consideradas cercanas.
Pero se puede dudar de
que ciertas civilizaciones muy adelantadas tecnológicamente no puedan salvar tales
distancias. Poco a poco nuestros astrónomos van entendiendo cada vez más la
física del cosmos y se van dando cuenta de que es posible viajar por el espacio
a enormes distancias si se tiene los conocimientos y la tecnología adecuadas.
Por ejemplo, se han descubierto los agujeros de gusano que son atajos del
cosmos que pueden unir regiones del universo muy lejanas en el espacio y en el
tiempo y también podrían conectar universos entre sí, distorsionando el
espacio-tiempo. Las entradas y salidas de estos túneles serían las puertas
estelares de las películas de ciencia ficción. Actualmente, nuestros
científicos no tienen la tecnología adecuada para aprovechar estos agujeros
naturales existentes en el cosmos y mucho menos para crearlos a medida del
posible viaje espacial; pero se ha demostrado tanto física como matemáticamente
de que pueden existir.
También se ha especulado que civilizaciones muy
avanzadas podrían lanzar robots mucho más resistentes que las entidades biológicas
para explorar el espacio. Estos robots podrían autorreplicarse en el viaje y en
el lugar de destino para aumentar sus probabilidades de éxito. Incluso podrían ser
nanorobots autorreplicantes que podrían estar, por ejemplo, en nuestro planeta
sin que nosotros los percibiéramos.
Incluso se puede imaginar, y no se violan
las leyes de la física, que alienígenas de un altísimo grado de evolución se
hubieran convertido en “seres de luz” transfiriendo su consciencia a objetos de
luz como rayos laser o mejor, burbujas de luz que pueden viajar fácilmente por
el espacio atravesando los agujeros de gusano, por ejemplo. La información del
alien transferida a la burbuja luminosa podría llevar el programa de
reconversión en el ser material al llegar a su destino. Es una posibilidad.
También puede ocurrir que no se dejen ver al hacerse invisibles a voluntad,
tanto ellos como sus naves. Ya sabemos que existen materiales que producen esta
invisibilidad, desviando los rayos luminosos fuera del alcance de nuestra
vista; por lo tanto este fenómeno sería bastante sencillo para una civilización
extraterrestre lo suficientemente avanzada.
También se ha especulado sobre la
capacidad del posible extraterrestre para manipular telepáticamente nuestra
mente para hacerse invisibles o parecer humanos y de esta forma infiltrarse
entre nosotros.
3. Existen, nos han visitado y
nos visitan pero solo lo saben pocas personas:
Las personas que lo saben, que
pueden ser cada vez más, pueden ser testigos de avistamientos, contactos y
abducciones (cuyo número no es nada despreciable), los ovnílogos que investigan
a los OVNIS y cierta élite gobernante.
La persona que se dedica a investigar
este tema, o bien a documentarse sobre él, se da cuenta de que existen
evidencias y pruebas de que alienígenas nos han visitado en el pasado y nos
visitan actualmente. Estas informaciones están en libros, revistas y documentales especializados
y sobre todo en internet. Cada vez es mayor el número de testigos que hablan de
avistamientos de OVNIS (descartando los que no son naves extraterrestres) e
incluso de contactos y también de abduccines (muchos psiquiatras piensan que
son transtornos psíquicos, pero puede ser que no).
Por otro lado están los
rastros o pruebas que dejan las naves extraterrestres y sus ocupantes. En el
pasado, hay todo tipo de reliquias arqueológicas que no se corresponden con sus
primitivas civilizaciones. Son los objetos fuera de tiempo y lugar. También son
abundantes las esculturas, grabados y pinturas de diferentes épocas pasadas en
donde aparecen representaciones de aliens y naves espaciales. También hay que
considerar las construcciones megalíticas del pasado como por ejemplo, las
pirámides tanto egipcias como del resto del mundo (aztecas, mayas, chinas,
rusas, bosnias…), ruinas de ciudades y templos más o menos misteriosos,
menhires y dólmenes, estatuas gigantes (Isla de Pascua), etc. Bien es verdad
que algunas de estas construcciones y objetos se pueden atribuir a
civilizaciones terrestres del pasado avanzadas tecnológicamente como la
civilización Atlántida pero eso no invalida la anterior procedencia
extraterrestre, incluso ciertos extraterrestres pudieron asesorar y enseñar a
estas enigmáticas civilizaciones, tal y como – según la opinión de muchos
ufólogos – hacen determinados alienígenas con la actual humanidad.
Tambien hay
que considerar como pruebas los testimonios de sus visitas – generalmente se
les llamaba dioses – transmitidos oralmente de generación en generación en la
mayoría de las culturas de poblaciones antiguas y primitivas que no han
desaparecido y los de libros sagrados como la Biblia, el libro de Enoch, el
Mahabharata (en donde se relatan claramente batallas espaciales de naves
extraterrestres, los llamados vimanas), etc.
Todas
estas informaciones no las vamos a encontrar en los medios de comunicación de
fácil acceso a las poblaciones como la prensa, la radio y la televisión y mucho
menos en los telediarios de las cadenas televisivas, más o menos manipuladas
por nuestros gobernantes. Estos son los primeros, suponiendo que sean
conscientes del fenómeno OVNI, que tratan de ocultar este fenómeno, siguiendo
órdenes de élites gobernantes superiores que piensan que el pueblo no debe de
saber sobre estos temas – al menos todavía no – quizás para que no cunda el
pánico, por intereses religiosos, o de otro tipo, creados, o por motivos más
inconfesables todavía, por ejemplo que ciertos alienígenas utilizan nuestros
ADNs, gametos y otros materiales biológicos humanos con diversos fines (hibridaciones,
regeneración de sus biologías, alimento…) a cambio de darnos información
tecnológica. Serían los pactos entre ciertas élites gobernantes, principalmente
militares, de grandes potencias (EEUU…) con determinadas razas extraterrestres
como grises y reptilianos.
4. Existen pero no se comunican
con nosotros:
Es decir, nos ignoran… no les interesamos. Tendrían la misma
actitud que nosotros con las hormigas, por ejemplo. Solamente interactuamos con
ellas si nos estorban y entonces las matamos. ¿Se enteran dichos animalillos
que existimos? No parece ser. Solo entramos en su realidad por accidente y no
creo que tengan una conciencia clara de qué es lo que somos. Si es este el
caso, los posibles alienígenas no se comunican con nosotros y no están
interesados en que nos demos cuenta de que existen y pasan desapercibidos para
nosotros.
5. Existen, nos observan y vigilan pero no
se dejan ver:
En este caso podrían ser curiosos espaciales, turistas espaciales
o bien científicos, observadores – los llamados vigilantes – que observan
nuestra evolución, el estado de nuestro planeta, pero no interfieren, siguiendo
la ley del libre albedrío de las criaturas del cosmos. Estos alienígenas
vigilantes serían razas benevolentes, positivas para la humanidad, puede que algunos dioses
buenos de la antigüedad.
6. Existen, interfieren en el
planeta pero no se dejan ver:
Este caso sería el de razas malévolas como
reptilianos y grises entre otros, que nos han utilizado y nos utilizan con
diversos fines (alimento – material y energético - , hibridaciones,
manipulaciones genéticas, mano de obra…). Serían los dioses malos y los
demonios de la antigüedad.
Estas
son algunas de las posibles razones por las cuales los extraterrestres son
escurridizos y no se manifiestan claramente ante nosotros. Hay que tener en
cuenta que si en el cosmos hay vida inteligente, yo creo que sí, incluso me
atrevería a decir que de forma abundante, las razas de aliens pueden ser muy
diversas – varios investigadores han detectado más de 150 - . Muchas, o al
menos algunas, de estas razas nos pueden haber visitado y nos visitan con
diferentes intenciones, bien positivas, negativas o neutrales respecto a los
terrícolas.
A este respecto, además de lo que he comentado anteriormente,
enlazo, para más detalles la siguiente web:
Razas extraterrestres
Razas extraterrestres
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