Un modelo de vivienda
aislada ecológica e inteligente
Teniendo en
cuenta lo indicado en la entrada anterior, escogeré un modelo de vivienda tipo chalet
ecológica e inteligente que servirá de ejemplo concreto de una posibilidad
futura.
Situación
medioambiental
Consideremos una
casa de campo, tipo chalet, en una zona de montaña media, a unos 1200 metros de
altura, en un sistema morfoclimático templado húmedo en una región continental,
no influida por el mar. Es un clima de montaña. En esta ubicación, los veranos e
inviernos son marcados y las primaveras y otoños menos importantes, sobre todo
las primeras. Los veranos son bastante calurosos con temperaturas diurnas
máximas de 35 grados y nocturnas mínimas de 15 grados; suelen ser secos, con
escasas lluvias, aunque puede haber tormentas vespertinas. Los inviernos son
fríos, con fenómenos hielo – deshielo, en los intervalos noche-día; las
precipitaciones son bastante abundantes con frecuentes nevadas, que pueden
cubrir y permanecer en la zona durante días, en los casos más extremos. Las
temperaturas diurnas máximas no llegan a 15 grados y las nocturnas mínimas
pueden llegar a 10 grados bajo cero. Consideremos que el terreno corresponde a
la típica caliza de montaña paleozoica. Estos terrenos calizos coexisten con
otros silicios menos abundantes. La vegetación es variada, con bosques de
robles, hayas y sabinas. Además hay frecuentes pastizales y zonas arbustivas de
brezos y genistas. En este lugar hay abundante ganado vacuno y caballar, además
de ganado ovino. Además, por esta zona discurre un río en su curso alto-medio,
que corta a los macizos calizos provocando hoces y rápidos; en dicho curso de
agua se pueden encontrar truchas con relativa abundancia.
Teniendo en
cuenta todas estas circunstancias, la vivienda debe estar preparada para
resistir contrastes climáticos bastantes rigurosos: Oscilaciones térmicas
acusadas y fenómenos hielo deshielo, además de lluvias bastante abundantes y
posibles nevadas durante el invierno que pueden cubrir el terreno hasta varios
metros de altura y a veces más de un mes.
En estas
condiciones la vivienda estará asentada sobre un terreno firme, a ser posible de
roca silícea y con una cimentación de material aislante, de manera que el agua
no se filtre por capilaridad en el interior de la casa desde el suelo. Por otro
lado, debido a las fuertes oscilaciones térmicas y a los fenómenos
hielo-deshielo, los materiales que forman las paredes deben de ser lo
suficientemente flexibles para aguantar las continuas dilataciones y
contracciones e impermeables al agua, que se puede helar en su interior. Es
conveniente que la parte baja de las paredes sean de piedra resistente a estos
fenómenos, por ejemplo rocas cuarcíticas, que pueden ser relativamente
abundantes en la zona. El resto de las paredes hasta el tejado pueden ser de
materiales de laboratorio resistentes a los fenómenos anteriormente citados y
con propiedades aislantes. El tejado estará cubierto en parte por paneles
solares y dispondrá de sistemas de drenaje para evacuar el agua de lluvia y de
nieve. Estos sistemas pueden ser canalones convenientemente dispuestos que drenen el agua hacia tuberías subterráneas que desemboquen en una vertiente
de aguas; también el tejado puede estar diseñado con materiales que repelan el
agua. Las ventanas estarán orientadas hacia el este y el oeste que son los
puntos en donde más calienta y luce el sol.
Forma y tamaño
En este ambiente
de media montaña, podemos construir una vivienda que no agreda demasiado al
paisaje. Una forma puede ser elipsoidal, con la zona inferior del
elipsoide en parte anclada al sustrato. La parte superior de esta figura ovalada
estará formada por el tejado y los paneles solares, adoptando estos la forma del
elipsoide.
Esta forma ovalada facilita
la evacuación del agua de las precipitaciones y sus suaves contornos son menos
agresivos con el paisaje. Además muestra una estructura más compacta, sin
ángulos que disminuye la meteorización bajo las duras condiciones ambientales de
estos parajes de montaña.
Las ventanas
serán también elipsoidales y perfilando también a la forma de la casa. Estas
ventanas podrán cerrarse con unas persianas exteriores correderas en caso de
peligro y sus cristales serán “inteligentes”, de forma que podrán regular la
cantidad de luz que entre en la casa de acuerdo con un programa previamente
establecido desde un ordenador central que controlará todos los aspectos y
funcionamientos de la vivienda.
Así podrán ser opacos desde
el exterior pero no desde el interior o tornarse transparentes desde ambos lados
si así se programan. En días luminosos, si la luz es excesiva y no se requiere
mucha luz en una habitación, las ventanas de esta dejarán pasar tal cantidad de
luz de forma que la habitación esté iluminada según lo deseado.
El tamaño de la
casa puede ser de 500 a 1000 metros cuadrados de planta, con una altura máxima
de 10 metros. En su interior pueden existir 3 pisos, de los cuales el piso bajo
hace las veces de sótano y trastero.
Espacios: Orientación
y distribución
La orientación, como ya se
ha dicho, es conveniente que sea este – oeste, para aprovechar mejor la luz del
sol.
En cuanto a la distribución,
la vivienda estaría formada por tres plantas, de las que la planta baja
hace las veces de garaje y trastero. El portón del garaje, también ovalado, se
abriría automáticamente al salir o entrar los coches, al estar estos situados a
una determinada distancia del portón. Al lado del garaje habría una estancia que
funcionaría como trastero y otra contigua que sería la despensa y bodega. Además
allí estarían ubicados los aparatos fotovoltaicos. Este portón estaría en la
parte trasera de la casa, mientras que en la parte delantera se situaría la
entrada principal. Esta conectaría mediante una rampa móvil con la primera
planta. El acceso a esta primera planta tendría lugar mediante esta rampa tanto
desde fuera, por la finca exterior, como desde dentro, por el garaje.
En la
planta primera estarían: Un salón, de unos 300 metros cuadrados (en este
caso curvados, como todas las habitaciones de la casa), una cocina – comedor de
unos 100 metros, un baño, de unos 50 metros un recibidor, de unos 20 metros y un
distribuidor que conecta con las demás habitaciones mediante pasillos curvos.
En la segunda planta
se localizarían tres dormitorios de unos 150 metros cada uno, cada uno con su
baño adjunto, una sala de estar o de trabajo, también de unos 100 metros y un
pequeño distribuidor conectado con las habitaciones mediante pasillos curvos,
como en la planta de abajo.
Rodeando al
inmueble se encontraría una finca de unos 2000 metros cuadrados,
también de contorno elipsoidal. Dicho espacio contendría un tercio de cultivo de
hortalizas en invernaderos o fuera de ellos (huerta), y dos tercios de espacio
verde, ajardinado, con árboles de sombra, tipo coníferas y flores como rosales,
entre otras, además de césped, en donde en verano se colocarían una o dos mesas
de campo y sillas, con sombrillas o toldos para el sol. El riego de esta finca
sería a través de una red de mangueras subterráneas que funcionarían por el
sistema de goteo en la zona de huerta y de aspersión controlada en las zonas de
césped. Todo ello controlado por un ordenador. El agua de riego podría provenir
de un río próximo y se extraería por un sistema de bombeo, o bien sería
suministrada por el abastecimiento de aguas de la población donde se ubicara la
vivienda.
El cercado de la
finca sería un muro de piedra de un metro que se continuaría con una alambrada
hasta dos metros y medio, rematada por espinas de alambre. En su interior podría
estar reforzada por setos, que tapizarían todo el cercado.
Continuará
Continuará
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