Introducción
¿Cómo será la ciudad del futuro?
Para construir una ciudad lo más perfecta posible habrá que tener en cuenta una
serie de principios:
1.- Habrá
que partir de zonas vírgenes en donde no existan ciudades, o bien destruir las
partes imperfectas de éstas y que obstaculicen los nuevos diseños.
2.- Habrá
que tener en cuenta el medio ambiente para no dañarlo o hacerlo lo menos
posible. Es decir, tendrá que ser una ciudad "ecológica".
3.- Habrá
que diseñarla de acuerdo con los últimos adelantos de la ciencia y la
tecnología.
Alternativas
El primer principio es el más conflictivo: No
se pueden arrasar las ciudades por razones evidentes;
¿qué se
hace con la población de la ciudad mientras se construye la nueva? ¿qué se hace
con los edificios artísticos (a veces son barrios enteros)? Son la cultura de
los pueblos y de las civilizaciones. Hay algunas alternativas intermedias:
1.- Se conservan las zonas artísticas y
culturales y los otros barrios se van destruyendo a medida
que se
hacen las nuevas edificaciones, movilizando a la población hacia zonas
provisionales.
2.- La ciudad se va extendiendo hacia la
periferia según los diseños modernos y de futuro,
conservando
la ciudad vieja, que será "el casco antiguo" de la nueva urbe.
3.- A medida que los edificios se hacen
viejos y se destruyen, se construyen los nuevos con arreglo a diseños
vanguardistas. De esta forma se limita mucho el diseño de la ciudad futura,
tanto en el espacio como en el tiempo.
4.-Se respetan las ciudades construidas
"a la antigua" y se buscan nuevas ubicaciones vírgenes para las
nuevas ciudades futuras. Es quizá, la solución más fácil, siempre que haya
espacio para las nuevas ciudades y que se asuma el coste ecológico que supone
el disponer de estos espacios para ciudades.
Una
ciudad nueva y de vanguardia
Partamos del último apartado y
construyamos una hipotética ciudad que parte de la nada, lo cual posibilita que
se construya según diseños de vanguardia.
Esta ciudad tendrá que ser "ecológica",
respetando al máximo el medio ambiente y tratará de incorporar los últimos
adelantos tecnológicos y científicos.
En primer lugar hay que calcular el tamaño
y el número de habitantes de la ciudad; estos dos factores dependerán
del diseño que hagamos de la urbe; diseño en el que predomine el espacio en la horizontal
o en la vertical. Los dos tienen ventajas e inconvenientes. En la
horizontal, la ciudad ocupa mucho terreno y esto, desde el punto de vista
ecológico es perjudicial; se puede aminorar el impacto ambiental si
intercalamos muchos espacios verdes entre los edificios, lo que aumenta
considerablemente la extensión de la urbe. En la vertical, la ciudad necesitará
más consumo energético para mantener los enormes rascacielos y la ciudad será
más vulnerable a accidentes tales como derrumbamientos, terremotos, ataques
aéreos. Una solución mixta, quizá con predominio de la vertical, en ciertas
zonas sería lo ideal. El número de habitantes puede girar en torno a un millón.
Ciudad
marítima o ciudad continental
En segundo lugar hay que buscar un terreno
adecuado; un terreno que disponga de los recursos necesarios para el
abastecimiento de la ciudad. El primer recurso debe ser el agua potable. La
ciudad del futuro debe ser capaz de autoabastecerse de este recurso vital y una
manera adecuada sería desalinizar el agua marina para lo cual el núcleo urbano
debería estar ubicado cerca de la costa, lo cual además traería otro tipo de
ventajas, como una climatología marítima sin fuertes contrastes térmicos y
recursos pesqueros.
Un inconveniente de una ciudad costera es que
la costa limita el desarrollo radial de la ciudad a partir de un núcleo
central. En una ciudad interior, continental, se puede construir irradiando a
partir de un centro. Hay dos posibilidades: Una urbe en una zona llana o una
urbe en un terreno montañoso. En el primer caso sería conveniente la existencia
de un río en su interior; de hecho la mayor parte de las ciudades continentales
están construidas en torno a ríos, fuente de agua dulce para la ciudad. Otra
posibilidad es que se construyan embalses o pantanos cerca de la ciudad para el
abastecimiento de agua. Esto es más adecuado en núcleos urbanos de terrenos
montañosos, en donde además llueve más, con lo que los embalses se llenan con
más facilidad. En este tipo de ciudades montañosas, el factor limitante es el
suelo, más accidentado y complejo, por lo que las viviendas tienen que
diseñarse adaptándose a la orografía del terreno, aprovechando por ejemplo las
laderas de las colinas y montañas.
Fuentes
de energía
¿Cuál sería la fuente energética que
mantendría la metrópoli? Deberían ser varias y limpias: Energía eólica,
con varios campos de molinos en las afueras de la urbe; energía solar,
con edificios construidos con paneles solares en sus tejados; con energía mareal,
aprovechando la ubicación costera de la ciudad; y sobre todo, utilizando la
energía de fusión, la energía de las estrellas; esta en una energía
poco contaminante y muy potente, pero en la actualidad la tecnología
correspondiente no está lo suficientemente desarrollada ya que es compleja y
costosa. Se requieren sofisticados reactores termonucleares para hacer
reaccionar el hidrógeno entre sí y fusionarlo en helio (tal como ocurre en las
estrellas). La enorme cantidad de energía formada se canalizaría adecuadamente
en energía eléctrica, térmica, etc. Hay
que tener en cuenta que en estos reactores se generan elevadísimas
temperaturas, del orden de millones de grados centígrados, que hay que
neutralizar, canalizando adecuadamente esta inmensa cantidad de calor y
evitando que esta energía calorífica contamine térmicamente el ambiente, para
lo cual, además de una adecuada canalización del calor generado, las paredes de
los reactores deben de ser muy resistentes al calor y debe de acoplarse un
sistema refrigerante eficaz.
(continuará)
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