En entradas anteriores he tratado al universo desde diversos puntos de vista:
El universo fisico-químico, el universo material y energético, el universo biológico, el universo holográfico, el universo informado y el universo consciente.
Pues bien el universo teológico, en el que un Dios creador es el responsable de su existencia, bien del propio universo o mejor, del cosmos, en el que se pueden contemplar una serie de universos, enlaza muy bien con el universo informado y consciente, inteligente, mental, de entradas anteriores. Se puede expresar en los siguientes términos tomados del vídeo que enlazo después:
¿Entonces que es
Dios? ¿Quien es el creador del Universo? ¿Qué es la naturaleza? ¿Estamos
preparados para saber quien es?...
Cuando el dios dormido,
el maestro de todo lo que existe se volvió consciente de si mismo,
la separación
indefinible hacia el ser y el no ser, hacia el mundo espiritual y el mundo material,
hacia los altos
cielos de trascendencia y los bajos mundos de dualidad, el cosmos formado,
con todas sus
dimensiones y mundos paralelos, el mundo de opuestos, el cual llamamos
dualidad, vino a ser.
Hay mundos inmortales
que nunca experimentan el cambio, hay otros que experimentan la vida a través
del cambio constante.
Con el fin de ser
capaz de experimentarse a si mismo en diversidad infinita, El creó dentro de sí mismo partes de
conciencias ilimitadas, mónadas cósmicas que reúnen posibilidades infinitas de
experiencias en mundos de dualidad para la fuente de toda la existencia.
Toda mónada cósmica
reúne experiencias a través del mundo de opuestos, también conocido como
polaridad.
Dado que dicha parte
de Dios nunca desciende al mundo mortal de la polaridad, solo tienen que reunir
experiencias.
Se separó de su mente
universal y creó las almas, un vaso para recoger las experiencias universales. Las
almas funcionan de tal manera, que necesitan muchas experiencias individuales. Sin
embargo ellas no pueden identificarse a si mismas con dichas experiencias.
Por lo tanto Dios
creó otro vaso que nosotros llamamos cuerpo físico, para así reunir
experiencias reencarnado de una vida a la siguiente en los mundos de opuestos y
así lentamente perfeccionarse.
La materia es la
transformación lenta del espíritu hacia la luz.
No existe lo sólido,
todo es Dios vibrando en diferentes gamas de vibración.
Somos formas
condensadas de luz, como las hojas de un árbol, las cuales después de caer en
otoño, vuelven a nacer en primavera.
Nuestras experiencias
son preservadas en las almas.
El cosmos es como una
escuela con muchos salones de clase. Y por lo tanto como en la escuela, hay
diferentes grados de madurez. Estos grados de madurez están separados por diferentes niveles de
vibración de la materia, en diferentes dimensiones.
De esta manera
diferentes mundos materiales y espirituales pueden coexistir en
un mismo lugar simultáneamente.
El ojo físico percibe
solo las vibraciones dentro de la frecuencia del mundo tridimensional…
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