Hay dos campos de
investigación que se beneficiarán con incorporación de la clonación. La
regeneración de tejidos (clonación terapéutica) y la ingeniería genética.
Desde
1981 es posible que células embrionarias se reproduzcan en un medio de cultivo
sin que se diferencien. Estas células se llaman células germinales
embrionarias o células ES. La tecnología de células ES nos proporciona
una herramienta para multiplicar el embrión en una masa de tejido indiferenciado
del tamaño que sea necesario y luego convertirlo en el tejido particular que uno
desee, utilizando las señales moleculares apropiadas. De esta forma se utiliza
una célula adulta (de la piel por ejemplo) de un enfermo, pongamos, con un
cáncer de sangre (leucemia nucleóide), para formar un embrión nuevo, con la
ayuda de un óvulo donado no fertilizado. Con ese embrión se fabrica una masa de
células ES que luego servirán para formar células de médula ósea para un
posterior transplante y de esta forma se cura el linfoma. Así mismo podrían
obtenerse bancos de cualquier tejido para transplantes evitando el rechazo, al
ser de la misma persona.
Con la clonación, la
ingeniería genética se podría practicar en la especie humana. Muchas células ES
obtenidas a partir de un solo embrión clonado podrían ser sometidas a ingeniería
genética y desechar las erróneas. Las células deseadas podrían producir un nuevo
embrión para el desarrollo de un nuevo ser humano, genéticamente tratado.
De esta forma
pueden surgir los seres humanos genéticamente enriquecidos: Con
los adelantos de la ingeniería genética y la clonación se están dando los
primeros pasos para la elección de los niños virtuales o “a la
carta”. A partir de 1990 ya se pueden escoger embriones individuales en función
de sus perfiles genéticos; es la llamada biopsia embrionaria o
diagnóstico genético preimplantacional (DGP). Es posible hacer una selección de
los miles de genes diferentes que hay dentro de los embriones individuales, para
determinar las diversas diferencias que puede haber entre los niños virtuales
asociados con dichos embriones. Previamente se estimula a una mujer mediante
hormonas para que produzca un gran número de óvulos (de 12 a 30); estos óvulos
son extraídos de los ovarios y se fecundan in vitro. Cuando los embriones
resultantes tienen entre 6 y 10 células (dos días y medio), se extraen de ellos
una o dos células; se lee su ADN mediante la técnica de la reacción en cadena de
la polimerasa (protocolo RCP) y otras técnicas moleculares y posteriormente se
seleccionan los embriones que contienen los genes deseados para ser introducidos
de nuevo en la mujer y se produzca la gestación. Este procedimiento actualmente
tiene sus limitaciones y el porcentaje de éxito no es todo lo deseable. Por
eso, actualmente se utiliza esta técnica solamente en casos de parejas para las
que existe un riesgo conocido de tener un hijo afectado por una enfermedad
genética debido a un gen defectuosos que porten los padres.
Pero aunque la selección
de embriones es ya un hecho, y puede impedir herencias de genotipos defectuosos
como los causantes de la fibrosis quística, corea de Huntington, anemia
falciforme, fenilcetonuria.... la ingeniería genética de embriones humanos
todavía está por llegar, aunque es probable que llegue en un futuro más o menos
próximo. Entonces se potenciará, la anterior cura de enfermedades, en todos los
casos y además se podrá practicar el enriquecimiento genético,
aunque en este segundo supuesto habrá más impedimentos morales, éticos y
legales.
Este enriquecimiento génico
ya es algo rutinario en ratones y otros mamíferos.
Para introducir ADN extraño
en mamíferos hay que transferirlo en la etapa de embrión unicelular; por ejemplo
se puede utilizar una aguja microscópica especial que contiene ADN extraño y se
atraviesa la membrana y el citoplasma de un embrión unicelular de mamífero, como
un ratón, y se entra en el núcleo, donde se libera el ADN, que queda copiado en
uno de los cromosomas del embrión. Esto ya se hizo en 1980.
La aplicación de esta técnica en embriones humanos topa con algunos problemas
técnicos, aparte de los éticos. En primer lugar, el porcentaje de incorporación
del ADN es de menos del 5O% y además esta incorporación se realiza al azar en el
genoma y si se incorpora en el 5% del genoma en donde hay genes funcionales,
puede alterar la función de alguno de ellos y mutarlo, lo cual en el caso de los
seres humanos, son riesgos que no se pueden permitir: Es de suponer que estas
limitaciones se corrijan en un futuro, por ejemplo introduciendo en lugar de
genes, cromosomas enteros, cromosomas artificiales construidos en
el laboratorio con muchos genes deseados. Después se escogerían los embriones
adecuados, si previamente se han clonado, como comenté antes. También se
conseguirá reemplazar genes defectuosos por genes normales. Esto ya se ha
conseguido en animales. Ya se ha desarrollado una terapia anti-gen, que utiliza
transgenes (antigenes) que actúan para neutralizar la acción de
otros genes específicos. De esta forma, es muy prometedora en los seres humanos
la colocación directa dentro de embriones unicelulares de cromosomas
artificiales con paquetes de genes y antigenes. Es probable que la ingeniería
genética de embriones humanos llegará a ser factible, segura y eficiente para
mediados del siglo XXI.
¿Cómo se
utilizará la ingeniería genética en la especie humana en el futuro? Adelantemos
algunas sugerencias bastante probables:
Empezará con el tratamiento
de solo aquellas enfermedades infantiles, como la anemia falciforme y la
fibrosis quística, que tienen un grave impacto sobre la calidad de vida.
Posteriormente se extenderá a tratar otro tipo de enfermedades como obesidad,
diabetes, enfermedades cardiacas, asma y varios tipos de cáncer. Más adelante se
añadirán nuevos genes que permitirán curar determinadas enfermedades infecciosas
como el SIDA; también se añadirán genes que mejoren varias características de la
salud como resistencia a determinadas enfermedades. La frontera final estará en
la mente y en los sentidos; la adicción al alcohol será eliminada, junto con las
predisposiciones a las enfermedades mentales y los comportamientos antisociales
como la agresividad extrema. La agudeza visual y auditiva serán enriquecidas en
algunos para mejorar el potencial artístico y más adelante se podrán enriquecer
también diversas facultades mentales y cognitivas, e incluso se podrán
introducir genes que permitan ciertas percepciones que el ser humano ahora no
tiene como la visión de rayos ultravioleta, la radiotelepatía....
El peligro de este
enriquecimiento genético radica en que como será costoso, únicamente los ricos
podrán pagárselo y se acentúe la existencia de dos clases: los pobres, que no
tendrán acceso a la ingeniería genética y los ricos, la clase dominante y
dirigente, que cada vez se enriquecerán más genéticamente hasta tal punto que
llegue un momento que se conviertan en una especie distinta, que ya no se pueda
cruzar con la clase de los pobres.
Quizá el enriquecimiento
genético facilite en un futuro la conquista de otros mundos, de otros
planetas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario