Todos los seres vivos
de nuestro planeta presentan en su células un conjunto de instrucciones para su
desarrollo y supervivencia. Estas instrucciones, a modo de mensaje codificado, están representadas por el ácido desoxirribonucléico (ADN),
una o muchas hebras dobles que se disponen en el espacio en forma de la llamada
“doble hélice”, según el modelo propuesto por Watson y Crick en 1953. En estas
cadenas de ADN se sitúan los genes que al expresarse se traducen a proteínas y tales dobles hélices macromoleculares se empaquetan en los llamados cromosomas celulares.
Estas moléculas (las proteinas) son las principales responsables de nuestras características
biológicas diferenciales en cuanto a especie e individuo.
Cualquier ser vivo
tiene un conjunto de genes iguales en cada una de sus células que determinan
esta especificidad e individualidad. El ADN representa el conjunto de instrucciones
biológicas de un programa que determina como será un ser vivo, su nacimiento,
desarrollo y muerte. La información biológica radica en estas largas
macromoléculas.
Pero no toda la
información registrada en una molécula de ADN representa a genes que se expresan. En
todas las células no bacterianas existe aproximadamente un 90% de ADN en cada célula que no
corresponde a genes. (En el caso de la especie humana se ha estimado que el
número de genes por célula es de unos 20.500.)
Dentro de este ADN, alrededor de un
70% no se sabe exactamente qué función tiene y en principio se le ha denominado
“ADN basura”. Actualmente se sospecha que parte de él puede tener una función
reguladora y colaboradora en la expresión de los genes, además de un porcentaje
variable de ADN aportado por virus y bacterias, por ejemplo, el llamado ADN móvil y
transponible, entre otros; pero es mucho el porcentaje de un “ADN misterioso”.
Por otro lado, no se
sabe cómo se pudieron formar los ácidos nucléicos (ADN y ARN) en nuestro
planeta. Suponiendo que existieran previamente sus componentes, los
nucleótidos, de carácter monomérico, (se ha conseguido fabricar en el
laboratorio aminoácidos y otras moléculas biológicas sencillas – Miller y Urey,
1952 - ), es muy poco probable que estos nucleótidos se ensamblaran
espontáneamente, por azar, para formar las larguísimas cadenas de polímeros de ácidos
nucleícos y además organizados con una serie de instrucciones para formar seres vivos.
Ciertos científicos, creen que los ácidos nucléicos son de procedencia
extraterresre en una especie de panspermia. Vinieron a la Tierra transportados
quizá por meteoritos y cometas. Otros científicos, como F.Crick, van más allá y
postulan una panspermia dirigida, es decir, una o varias civilizaciones
extraterrestres avanzadas han traído a nuestro planeta estos ácidos nucléicos,
probablemente en forma de células (bacterianas o no) para que aquí evolucionen;
es decir, han sembrado de vida a nuestro planeta. Posiblemente lo han podido
hacer también en otros planetas favorables para la vida de nuestro universo. Posteriormente,
dichas civilizaciones han tutelado esta evolución terrestre, vigilándola y
regulándula, según un plan cósmico.
Pero la gran pregunta
es: ¿Cómo surgió la vida por primera vez en nuestro universo. ¿Procede de otros
universos? Y si es así ¿Cómo surgió por primera vez en el cosmos (universo de
universos)?
Para responder a esta
pregunta se me ocurren dos alternativas:
1. Desterminados universos son bioamigables y la materia que da lugar a los seres vivos como los ácidos nucléicos mencionados, emerge en los planetas favorables para la vida como la Tierra; es un proceso evolutivo que cuenta con un ambiente propicio y con tiempo necesario. Primero surge la materia y después, con ciertas condiciones, la vida. El universo bioamigable se va desarrollando (evolucionando)... ¿según un programa establecido?
2. Existe un cosmos desarrollado a partir de una primitiva conciencia creadora (Dios) que por procedimientos que ignoramos da lugar en ciertas condiciones a seres vivos en determinados universos bioamigables como parece ser es el nuestro. No se descarta, como he dicho, la propagación posterior de la vida a través de la siembra en diferentes planetas propicios (panspermia dirigida) por parte de seres conscientes (dioses creadores delegados ¿extraterrestres, entidades interdimensionales?). A propósito de tal alternativa, leer "El universo teológico"
Puede que las dos alternativas se complementen.
1. Desterminados universos son bioamigables y la materia que da lugar a los seres vivos como los ácidos nucléicos mencionados, emerge en los planetas favorables para la vida como la Tierra; es un proceso evolutivo que cuenta con un ambiente propicio y con tiempo necesario. Primero surge la materia y después, con ciertas condiciones, la vida. El universo bioamigable se va desarrollando (evolucionando)... ¿según un programa establecido?
2. Existe un cosmos desarrollado a partir de una primitiva conciencia creadora (Dios) que por procedimientos que ignoramos da lugar en ciertas condiciones a seres vivos en determinados universos bioamigables como parece ser es el nuestro. No se descarta, como he dicho, la propagación posterior de la vida a través de la siembra en diferentes planetas propicios (panspermia dirigida) por parte de seres conscientes (dioses creadores delegados ¿extraterrestres, entidades interdimensionales?). A propósito de tal alternativa, leer "El universo teológico"
Puede que las dos alternativas se complementen.
A parte de lo escrito,
hay científicos, como el profesor Chang, que indican que en el mal llamado “ADN
basura” humano (y quizás de otros seres vivos) existe ADN extraterrestre con un
determinado programa para los humanos.
Es más, según
determinados contactados que nos informan de mensajes de civilizaciones
extraterrestres como los pleyadianos, nuestro primitivo ADN era mucho más rico
y completo en instrucciones que el actual. Determinadas entidades negativas de
tipo reptiliano, enemigas de la humanidad, hace unos cientos de miles de años
modificaron genéticamente nuestro ADN y lo “empobrecieron” limitando nuestra
conciencia y memoria. El patrón de ADN original se quedó dentro de las células
humanas. Sin embargo, no era funcional. Fue además, dividido, desconectado. Es
un reto de la humanidad superar este déficit y conseguir de alguna manera,
quizás con ayuda externa ¿pleyadiana? recuperar nuestro ADN y conciencia
cósmica primigenia.
Para información más detallada de algunos aspectos del tema aquí escrito, coloco los siguientes enlaces: