Según el paradigma científico oficial, solamente existen
seres vivos en nuestro planeta, la Tierra. Hoy por hoy, no se ha demostrado que
haya vida más allá…
Pero los ufólogos y cada vez más científicos “heterodoxos” piensan
lo contrario. Hay muchos indicios de la existencia de seres inteligentes no
humanos que nos han visitado y nos visitan en la actualidad: Monumentos
antiguos (pirámides y otros megalitos), testimonios religiosos, petroglifos,
pinturas rupestres y no rupestres, esculturas, leyendas orales y escritas,
testimonios de tribus primitivas, avistamientos, testigos, abducciones,
informes militares desclasificados, círculos de cosechas, objetos fuera de
tiempo y lugar….
Este aluvión de
“pruebas” es negado por la ciencia ortodoxa bien por ignorancia, ya que los
científicos no se han molestado en documentarse debidamente, bien por otros
motivos, como la negación del fenómeno OVNI, ordenada por los gobiernos
dirigentes.
Pero si abrimos nuestra mente, no hacemos caso de la
manipulada versión oficial sobre estos temas y nos documentamos adecuadamente
(libros y revistas especializadas, internet) nos damos cuenta de que la
realidad de la vida en el cosmos puede ser muy diferente.
Nos percatamos que este universo es bioamigable: Sería improbable que, dada la inmensidad del universo, nuestro planeta fuera el único
apto para la vida. Sería algo absurdo y pretencioso. Cada vez se descubren más
planetas y entre estos, más semejantes al nuestro.
Y no vale decir que, aunque existan civilizaciones
extraterrestres inteligentes no pueden llegar hasta nosotros por las inmensas
distancias del cosmos. Existen, por ejemplo, los portales estelares, los
agujeros de gusano, el teletransporte, el manejo del espacio-tiempo …. Otra
cosa es que nuestra civilización no haya llegado todavía a dominar tales
tecnologías ¿o sí?
Como ya he escrito en otras ocasiones, los seres inteligentes
no humanos pueden ser de diversa naturaleza. Pueden ser físicos y materiales o
no materiales (de otras densidades diferentes de nuestra tercera densidad física).
Y a su vez pueden ser terrestres, intraterrestres y extraterrestres. Es decir,
puede que una de estas entidades conviva con nosotros y no la percibamos al no
ser material, bien sea extraterrestre o terrestre. Serían los espíritus, por
ejemplo. Hay que tener en cuenta que pueden existir mas realidades que nuestra
realidad material, solapadas o no a esta. Muchos investigadores de estos temas
lo afirman y la física cuántica lo apoya.
Pero, aunque descartemos las densidades no materiales, los
seres materiales inteligentes no se restringen a nuestro planeta. Y los demás
planetas que contienen seres vivos están sujetos a procesos evolutivos
semejantes a los que tienen lugar en la Tierra, es decir, procesos en los que
se contempla el neodarwinismo, con mutaciones génicas, cromosómicas y
genómicas, la endosimbiosis, la evolución saltatoria, etc.
Lo que ocurre es que como cada planeta no se puede
considerar aislado de los demás sino que interacciona con todo lo que existe en
el universo, los procesos evolutivos tampoco se producen de forma aislada en
cada planeta sino que pueden interactuar.
Por ejemplo, es posible la siembra de
vida por “procesos naturales” (virus y bacterias en meteoritos y cometas) así como
por “procesos artificiales” (a través de seres inteligentes extraterrestres).
El ADN no tiene por qué ser exclusivo de nuestro planeta. Es muy posible que
sea una molécula universal que puede “viajar” de planeta en planeta, bien a
través de virus y bacterias, bien con o dentro de portadores inteligentes.
Es decir, la evolución de los seres vivos y de la especie
humana en la Tierra puede haber sido más “compleja” de lo que los científicos
ortodoxos creen: El ADN extraterrestre puede haber contribuido en mayor o menor
medida en la evolución de la vida en la Tierra; incluso el ADN en nuestro
planeta puede haber sido de procedencia extraterrestre (siembra extraterrestre).
Y, yendo más lejos, determinados seres vivos terrestres
puede que no sean tan terrestres sino traídos a nuestro planeta en naves
espaciales y una vez aquí, se han adaptado y han evolucionado en la Tierra.
Y como consecuencia de las siembras y visitas extraterrestres, puede que el intercambio de genes y las hibridaciones interplanetarias sean bastante frecuentes. De hecho, muchos investigadores y testigos alertan de hibridaciones entre humanos y extraterrestres, que no sería novedoso ya que los textos sagrados como la Biblia, ya indican estos hechos. Es el caso de los "ángeles caidos" que tomaron a las hijas de los hombres...
Y como consecuencia de las siembras y visitas extraterrestres, puede que el intercambio de genes y las hibridaciones interplanetarias sean bastante frecuentes. De hecho, muchos investigadores y testigos alertan de hibridaciones entre humanos y extraterrestres, que no sería novedoso ya que los textos sagrados como la Biblia, ya indican estos hechos. Es el caso de los "ángeles caidos" que tomaron a las hijas de los hombres...
Además, en lo que respecta a nuestra especie, puede que
hayamos sido “creados” por manipulación genética y tengamos genes de dioses
extraterrestres (¿Anunnakis, otros?) o que incluso procedamos de otros lugares
del universo, ya que, según piensan determinados estudiosos de estos temas, los
seres bípedos humanoides no tienen por qué ser exclusivos de nuestra Tierra.
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